El Periódico de la Adopción

Año XIII, NÚMERO 167 JULIO 2017

Publicación patrocinada por ADOPTANTIS
Centro de información, preparación y apoyo a la adopción.

ADOPTANTIS está integrado por un equipo de profesionales con gran experiencia en el campo de la adopción, compuesto por: Psicólogos; Trabajadores Sociales; Asesores Legales y Consultores Médicos. Dirección: Lila Parrondo
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Editorial

Las vacaciones veraniegas son un tiempo precioso para desconectar de las rutinas cotidianas y disfrutar de la compañía de los hijos, pero a veces, esta convivencia intensiva puede presentar momenos de tensión. Se trata, en todo caso, de una ocasión especial de aprendizaje de mediación familiar: diálogo y consenso para lograr que resulte un tiempo de diversión para todos.

Hemos incorporado a nuestra Web: "El camino de la adopción", un interesante dossier de la revista Madresfera Magazine; "En Euskadi la mayoría de adopciones funcionan, solo un 8% se truncan", un reportaje a Alberto Rodríguez sobre las adopciones en Euskadi; "Padres adoptantes", una profundas reflexiones sobre la parentalidad adoptiva y “El cine me ha ayudado a entender el porqué de las cosas”, a propósito de la película Verano 1993 y su autora y realizadora Carla Simón.

Nuestro viaje del mes nos lleva a tierras de China, Guatemala y Rusia.

Los niños migrantes que se evaporan al entrar a Europa, una cruda realidad que nos afecta como sociedad.

A proposíto de las vacaciones estivales, una propuesta de vacaciones sin cuadernillos y, para la reflexión de los padres, la insatisfacción de las familias españolas por el tiempo que pueden dedicar a sus hijos.

Kate Murphy, periodista americana, nos cuenta cómo influye el apego en la vida de relaciones. Los jóvenes extutelados cuentan sus dificultades para salir a la vida adulta sin una familia detrás. Algunas familias, luego de largos años de espera, desisten de continuar su proceso de adopción.

Experiencias difíciles en la vinculación familiar por las secuelas de sucesivos abandonos. Y las vivencias de una familia de acogida con gran experiencia.

Y nuestra tradicional recorrida por las comunidades autónomas en busca de información sobre la adopción y el acogimiento completan este número que esperamos resulte de vuestro interés.

El equipo de redacción

En la Web

Hemos incorporado nuevos artículos en la Web que creemos pueden resultar de interés para familias y profesionales. Os invitamos a visitarla.www.adoptantis.org

Las últimas actualizaciones:

  • El camino de la adopción

    Tener hijos nos convierte en padres, de manera automática. Nos añade hojas en el libro de familia y una lista interminable de cosas por hacer de aquí a 30 años vista.

    Pero no nos convierte en buenos padres o madres. No es un billete a una crianza feliz o sencilla. No es garantía de una vida sin frustraciones o dramas. La carga genética no nos garantiza una mayor cantidad de amor mutuo, ni tan siquiera en una de las direcciones. Incluso aunque nos parezca anti-natural hay padres que rechazan a sus hijos, y viceversa, que no sienten ese amor que debería darse por hecho en todo caso, y de manera instantánea desde el mismo momento casi de su concepción.

    Pero no. No pasa así siempre. No es tan sencillo. Y a veces sale mal. De la misma manera que la adopción tampoco es un proceso fácil y romántico en el que las piezas que faltaban, esos hijos que no llegan, se colocan en nuestro puzle familiar. No es sencillo, y a veces también sale mal.

    “No existe el derecho a adoptar, sino el derecho del menor a tener una familia” nos dice Benedicto García, coordinador de la Federación de Asociaciones en Defensa de la Adopción y el Acogimiento (CORA) en nuestro dossier central. Y desde luego, llegar a esa conclusión y a ese punto, nos exige un ejercicio de reflexión importante. Y de realidad. No pensar en nosotros sino poner al niño en el centro, con lo que ello implica, y lo que viene con él. De amar más allá de cargas genéticas.

    La Revista Madresfera Magazine dedica un amplio dossier al tema de la adopción y te invitamos a leerlo Leer artículo completo

  • «En Euskadi la mayoría de adopciones funcionan, solo un 8% se truncan»

    Alberto Rodríguez es psicólogo especialista en adopción y acogimiento. Estuvo en los cursos de verano de la UPV moderando un debate en torno a estas dos experiencias. «Las vivencias de miedo e inseguridad que tienen los niños adoptados y los acogidos se parecen muchísimo». Para intentar que esos niños «remonten el vuelo» les recomienda «exteriorizar» todo el sufrimiento que llevan dentro. Y a las familias, «atender, escuchar y saber traducir bien lo que está pasando».

    ¿Cuál es la diferencia entre acogimiento y adopción?

    -Los menores acogidos siguen manteniendo contacto con sus padres biológicos pero viven en una familia a la que sienten que pertenecen. En la adopción no se establece contacto con la familia biológica, y además se corta esa vinculación. El acogimiento depende de la Administración Pública (en Gipuzkoa la Diputación), en cambio, una vez que se constituye una adopción, la responsable es la familia que adopta. Sin embargo, existen parecidos en las vivencias que tienen los niños. En ambos casos han podido vivir situaciones de maltrato previo o haber estado en centros de acogida, y ese tipo de experiencias genera un daño y unas consecuencias a medio plazo.

    ¿El porcentaje de niños adoptados que visitan a un psicólogo es mayor que en niños biológicos?

    -No hay datos que lo comparen. Sabemos que el 80% de las adopciones van muy bien sin necesidad de grandes apoyos, pero hay cerca de un 20% de ellas en las que los niños presentan patologías serias o mucho daño psicológico. Leer artículo completo

  • Padres adoptantes

    Tomar la decisión de adoptar es asumir los grandes retos que la paternidad presenta. Es prepararse a lo desconocido de un hijo y a lo desconocido de uno mismo sobretodo si se trata del primer hijo. La decisión puede ser una fuente de enriquecimiento importante y a la vez un gran desafío de superación.

    Adoptar implicará paciencia y fortaleza en un proceso extenso de espera, de valoraciones, de burocracia que suele despertar los temores y las fantasías más profundas. Los padres deben pasar un proceso, unos tiempos -a veces eternos- conseguir un certificado de idoneidad que puede ser altamente movilizante, frustrante y a veces desalentador. Donde los padres pueden sentirse juzgados, examinados -que de alguna manera lo son- observados y dando cuenta de sus capacidades para desempeñar funciones parentales más allá de sus situaciones económicas, formativas y deseo de cuidado del niño.

    Ese tiempo de espera -que en muchos casos es exigido por los diversos países de adopción u organismos mediadores- puede ser aprovechado para ir transitando muchas de las sensaciones ideas y temores que acompañan a la adopción, a veces no tan diferentes a las sensaciones y temores de los futuros padres durante el embarazo.

    Si es necesario llamar la atención que toda adopción surge luego de una experiencia traumática de abandono y desde allí ya presenta sus peculiaridades. Y si hablamos de adopciones internacionales requieren toda una adaptación en la cultura que los acoge y un duelo por la que se deja. Leer artículo completo

  • “El cine me ha ayudado a entender el porqué de las cosas”

    Llega a nuestras pantallas uno de los fenómenos del cine español de 2017, Verano 1993, tras su éxito en la Berlinale y en el Festival de Málaga. La película es el debut en el largometraje de Carla Simón, autora del guión del filme basado en su infancia

    Frida tiene seis años y se acaba de mudar a un pequeño pueblo de La Garrotxa, lejos de Barcelona, de sus amigos, de sus abuelos, lejos de todo lo que conoce. Su madre acaba de fallecer, su padre lo hizo tiempo antes. La han adoptado sus tíos y con ellos tendrá que aprender a convivir, sobrellevar el dolor y crecer.

    Así se nos presenta la historia de Verano 1993, una de las películas revelación del año que sigue causando sensación allá por donde pasa. Se hizo con el premio a Mejor Ópera Prima y el Gran Premio del Jurado en la sección Generation KPlus cuando se estrenó en la Berlinale. A su paso por el festival de Málaga ganó la Biznaga de Oro y el Premio Feroz de la crítica. Antes, el Premio del Público en el BAFICI de Buenos Aires y el Premio Écran Juniors en Cannes.

    No es para menos: estamos ante un drama delicado, preciso y natural que resulta creíble desde el primer momento. Que consigue emocionar y que duela sin poner el dedo en la llaga, hacer reír sin parecer menos verídica. Un dificilísimo equilibrio entre el cine naturalista y poético que da como resultado una ópera prima desarmante.

    Su responsable se llama Carla Simón, una joven de 31 años que también nació en Barcelona pero se crió en Les Planes d’Hostoles, pequeñísimo pueblo gironés, tras perder a sus padres. Luego estudió cine en la London Film School y dirigió el documental Born Positive y los cortometrajes Lipstick y Las pequeñas cosas. Ahora cuenta su historia en su primer largometraje. Leer artículo completo

  • ADOPTANTIS ORIENTACIÓN Y APOYO TERAPÉUTICO

    ORIENTACIÓN Y APOYO TERAPÉUTICO PRESENCIAL

    Para orientar y apoyar a las familias Adoptantis cuenta con un equipo de psicólogos especializados en la temática adoptiva, brindando orientación, valoración y atención psicoterapéutica individual o grupal.

    A lo largo de su ciclo vital, la familia adoptiva puede necesitar orientación profesional:

  • En los momentos inciales para constrastar dudas que surgen frente a la inexperiencia; dificultades de vinculación; trastornos que pudiera presentar el niño como resultado de su estancia en una institución.

  • Orientaciones escolares por dificultades de apredizaje y/o conductuales.
  • Sobre la mejor manera de trasmitir la información sobre la condición de adoptado, tanto al niño como a las personas del entorno.
  • Frente a momentos de crisis de la familia: divorcios, fallecimientos, incorporación de nuevos hermanos.
  • Ante situaciones conflictivas motivadas por problemáticas de los hijos; dificultades de los padres; o ambas.
  • Cuando se presenten dudas e interrogantes frente a la búsqueda de orígenes.

    Para mayor información, esperamos vuestras consultas en el 914 164 837 o en [email protected]

  • CONSULTORÍA DE ORIENTACIÓN A PADRES ON LINE

    Adoptantis pone en marcha un nuevo servicio de orientación para las familias.

    Dudas, inquietudes, dificultades, necesidad de constrastar los avances en el proceso de integración familiar, orientación escolar, tienen ahora una nueva manera de encontrar respuestas a través del nuevo servicio de consultroría para padres online

    La lejanía de profesionales especializados en adopción ya no es una barrera para poder resolver las inquietudes de las familias.

    Desde casa, mediante el programa skype, padres y profesionales pueden crear un nuevo espacio de intercambio, reflexión y orientación.

    Para mayor información, esperamos vuestras consultas en el 914 164 837 o en [email protected]

    INTERNACIONAL

    China

    China es un país que se ha caracterizado por realizar novedosos inventos capaces de facilitarle la vida a todo el mundo, todo lo que la ingeniería y la ciencia puedan hacer por el bien de la humanidad, obviamente será bien recibido.

    Hoy China creó un aparato bastante novedoso que viene a brindar una solución a un problema cada vez más recurrente, pero a la vez genera una polémica inmensa por ser promovido por el estado. Nos referimos a las ya famosas cajas para bebés o baby boxes.

    El invento consiste en la colocación en espacios públicos de unas cabinas que contienen unas incubadoras donde los padres que no deseen criar a sus hijos recién nacidos, pueden dejarlos abandonados dentro de ellas.

    Un portavoz del Estado chino dijo: “el propósito es que disminuya el índice de muertes de niños en las calles, pues las madres acostumbran abandonarlos en basureros o en otros lugares en los que el bebé corre el riesgo de no ser encontrado a tiempo para poder salvarle la vida”.

    Estas máquinas conservaran al bebé a una temperatura de 32,5 grados, la cual es ideal para los recién nacidos.

    Las cajas presentan una alarma que suena 10 minutos después de registrarse el ingreso del bebé, esto les permite a los padres retirarse y evitar ser arrestados por las autoridades, ya que esta es una falta que debe ser sancionada y penada por la ley.

    Esta es la razón de la polémica, si el abandono de los niños es ilegal, ¿Cómo el estado lo fomenta?

    Algunas familias organizaron una manifestación en contra de las llamadas baby boxes, uno de los manifestantes afirma que: “Básicamente se le está enviando a los padres el mensaje de que pueden ser completamente irresponsables sin temer a una sanción”.

    Sin duda es un tema muy delicado que abre la puerta al debate, ya que si bien es cierto que puede salvarles la vida, la solución no combate la causa.

    Guatemala

    El Estado guatemalteco no ha mostrado interés en conocer el paradero de los miles de menores de edad que fueron dados en adopción de manera irregular entre 1997 y 2007, principalmente a familias de EEUU, un negocio que involucró a toda una red de agentes públicos y privados. "Es escandaloso porque, pese a la cifra de niños y niñas dados en adopción, el Estado no ha asumido ninguna responsabilidad sobre dónde están estas personas", dijo la directora del programa para Centroamérica y México del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil), Marcia Aguiluz.

    Se estima que entre 1997 y 2007 más de 35.000 menores de edad guatemaltecos fueron víctimas de redes criminales que "tenían mucho poder en el país", y aún hoy, continuó la abogada, se desconoce el paradero de la mayoría de esos niños y niñas, por los que las familias solicitantes llegaban a pagar entre 25.000 y 80.000 dólares.

    "No se sabe dónde están, por ello exigimos una condena de la Corte Interamericana de Derechos Humanos", añadió Aguiluz, quien señaló que el negocio se extendió durante tantos años porque no hubo interés político en frenarlo.

    El fenómeno alcanzó en esa época los casi 5.000 casos anuales, "desvirtuando totalmente la esencia de la adopción, ya que se convirtió en un negocio", indicó por su parte el portavoz del Consejo Nacional de Adopciones de Guatemala, Rudy Zepeda.

    La situación no cambió en el país centroamericano hasta 2007, cuando entró en vigor la nueva Ley de Adopciones, que establece una serie de requisitos que dificultan la adopción internacional y privilegian la nacional.

    Primer caso

    En mayo pasado se realizó una audiencia pública en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) en Costa Rica para juzgar a Guatemala por el caso de dos hermanos menores de edad que fueron dados en adopción en 1998 a familias estadounidenses después de una supuesta denuncia por abandono.

    Una jueza quitó la patria potestad a la madre pese a que esta presentó recursos legales para oponerse a la separación de su hijo Osmín Ricardo Tobar Ramírez, de siete años, y su hija Jeffrey Rainiery Arias Ramírez, de dos años. Se trata del primer caso que llega a instancias internacionales.

    Manifestaciones en la Ciudad de Guatemala

    El Cejil, que representa a Tobar Ramírez, quien ahora tiene 27 años, valoró positivamente que Guatemala admitiera en esa audiencia que la ley de la época era problemática y que se violaron derechos de los niños, "pero ese reconocimiento fue parcial", denunció Aguiluz, porque como Estado no aclaró "qué piensa hacer para acabar con la impunidad y para proteger a los niños en situación de riesgo", agregó. "Su compromiso para acabar con la problemática no fue coherente", sostuvo la abogada, quien asegura que "lamentablemente esto es parte de la cultura de impunidad en Guatemala".

    Por todo ello, el Cejil pide a la CorteIDH que ordene al país centroamericano crear un mecanismo con el objetivo de buscar a quienes fueron dados en adopción de manera ilegal para "que por lo menos tengan el derecho a conocer sus orígenes y ellos decidirán si quieren volver o no". En ese sentido, Aguiluz recordó que tan solo unas pocas personas han sido sancionadas y condenadas en el país por participar en el proceso de adopciones irregulares.

    Motivos que lo impulsaron

    El origen de las adopciones irregulares se remonta al conflicto armado de 36 años que sufrió Guatemala (1960-1996) entre el ejército y varios grupos guerrilleros de extracción indígena, cuya principal causa fue la lucha por la tierra en un contexto de Guerra Fría. Cuando culminó, con los Acuerdos de Paz de 1996, había dejado 200.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 100.000 desplazados, según cifras de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico establecida a instancias de las Naciones Unidas.

    Durante las masacres que se produjeron en esos años muchos militares se llevaron a los niños que quedaban sin padres, explicó la abogada.

    Por ello, cuando termina el conflicto armado, se crean redes de crimen organizado que comienzan a comercializar menores y que se vieron beneficiadas por varios factores: "había una práctica previa de apropiación de niños por parte de los militares, un mercado internacional que demanda niños y niñas, y una normativa que permitía la adopción internacional de manera fácil", ya que prácticamente no había control judicial, añadió la especialista.

    De hecho, continuó, existían "agencias de turismo que ofrecían el paquete de ir a Guatemala con la posibilidad de adoptar un niño o niña, hoteles de cinco estrellas donde se mostraba a los menores". En esas redes participaban desde abogados que se encargaban de los trámites hasta jueces y trabajadores sociales que facilitaban los requisitos e incluso la propia Procuraduría General de la Nación, que "prácticamente nunca negó una adopción internacional", aclaró Aguiluz.

    Por lo general se trataba de menores de edad que provenían de familias en condición de pobreza, "y esa era la principal situación de riesgo", pues a partir de ahí se realizaba una denuncia y el Poder Judicial los declaraba en abandono y los pasaba al programa de adoptabilidad.

    Las edades más demandadas eran desde recién nacidos hasta los cuatro años, y se permitían dos tipos de adopciones: a través de un juez o a través de abogados (notarios públicos).

    Nueva ley

    Pese a que el tráfico de menores se pudo frenar a partir de 2007 con la nueva ley que establece mayores controles, en opinión de Aguiluz aún hay problemas con la normativa actual porque "sigue siendo relativamente sencillo declarar a un niño o niña en adoptabilidad".

    "Se han encontrado irregularidades con las adopciones nacionales, como por ejemplo niños que son inscritos a nombre de determinados padres y resulta que no son los padres; sigue habiendo una vulnerabilidad, todavía pueden provenir de contextos de pobreza o de situaciones irregulares, el problema sigue vigente", aseguró.

    Sin embargo, Zepeda sostiene que los niños y niñas en Guatemala "han dejado de ser un objeto de compra venta para convertirse en un sujeto de derechos." "Ahora se declaran adoptables aquellos niños que verdaderamente tienen vulnerado su derecho a tener una familia y son pocos, un promedio de 140 anuales, que se ubican en familias guatemaltecas", añadió el especialista.

    Aún se desconoce la fecha en la que la CorteIDH emitirá su sentencia en el caso del joven Tobar Ramírez, quien confió en que Guatemala tenga mecanismos en un futuro para ayudar a otras personas que también fueron adoptados de manera irregular.

    María García Arenales

    https://mundo.sputniknews.com

    Rusia

    El número de niños en orfanatos rusos disminuyó tres veces en los últimos diez años, declaró la ministra de Educación de Rusia, Olga Vasílieva.

    "Desde 2006 hasta el año actual el número de niños huérfanos, cuyos nombres están en el banco estatal, se redujo casi tres veces, de 186.000 a 61.000 y la tendencia continúa en 2017", dijo Vasílieva.

    Al mismo tiempo, la ministra añadió que "hay señales preocupantes", al detectarse casos de devolución de niños en orfanatos. "Esto causa un trauma irreparable al niño", subrayó la titular de Educación.

    Además, la ministra comunicó que se trabajó en aras de mejorar la competencia de los trabajadores sociales en las regiones de Rusia.

    Euguenia Novozhenova

    https://mundo.sputniknews.com

    INFANCIA

    Los niños que se evaporan

    En Italia, la gran vía de entrada, desaparecen 28 niños migrantes al día, según Oxfam. Las ONG apuntan como motivos de la huida a la búsqueda de allegados y el descontento con la burocracia

    “He huido del centro dos días después de haber llegado, con otros compatriotas... inclusive algunos [niños] muy pequeños se han ido solos. La Policía nos ha perseguido, pero no ha logrado alcanzarnos. Ahora duermo en el suelo, en la estación [de trenes]... espero poder irme, no sé cuánto tiempo me quedaré, tiene que llegarme el dinero. Luego iré a Milán, y después... veremos cómo hacerlo, no lo sé". M., de 16 años, es uno de los miles de menores migrantes no acompañados que cada año llegan a las costas italianas. Las autoridades transalpinas le perdieron la pista cuando decidió huir del centro de primera acogida para seguir su viaje hasta Alemania, donde dice tener unos familiares. La ONG Oxfam Intermón, que recoge su historia en el informe Grandi speranze alla deriva, denunció a finales del año pasado que en Italia desaparecen 28 minores migrantes cada día.

    El Mediterráneo Central se ha convertido en la principal puerta de entrada de migrantes a Europa tras el cierre de la ruta balcánica. Más de un tercio de los 100.000 niños que llegaron a Grecia, Italia, Bulgaria y España en 2016 viajaban solos, según los últimos datos de Unicef. El 92% de ellos (25.800) desembarcó en Italia, en su gran mayoría varones de entre 15 y 17 años procedentes de Eritrea, Gambia, Nigeria, Egipto y Guinea. "Muchos de estos chicos rechazan ir a los centros de primera acogida porque tienen direcciones precisas adonde ir; los eriteros por ejemplos saben que con las reglas de Dublín [que imponen pedir asilo en el primer país europeo al que se llega] deberían de quedarse aquí y no quieren", explica Andrea Iacomini, portavoz de Unicef en Italia.

    En enero del año pasado, Europol alertó de que 10.000 menores migrantes no acompañados habían desaparecido a las pocas horas de haber llegado a Europa. "Un dato que llama la atención es que en Italia se ha perdido la pista de la mitad de ellos y de 1.000 en Suecia", continúa Iacomini. "Muchos creen haber llegado a Madrid o París [...]; durante las primeras 72 horas están aterrorizados porque no reciben la información correcta y un 25% de ellos "se evapora" por esta razón", añade. Los demás huyen después de un tiempo más largo: agotados por la burocracia interminable y por la falta de asesoría, deciden seguir solos su viaje hacia el norte de Europa y se convierten en carne de cañón para las mafias. En 2016, las alarmas proceden sobre todo de Italia, Alemania, Suecia y el norte de Francia. Eritreos, egipcios, somalíes, afganos y gambianos son las nacionalidades de los menores que más se fugan de los centros transalpinos.

    Sara Collantes, experta en Políticas de Infancia del Comité español de Unicef, explica que el mismo sistema europeo de control ha nacido con deficiencias. "Inclusive dentro de los Estados miembros hay un problema de registro y está fallando la coordinación entre países", asegura. Coincide en que una de las circunstancias más típicas que causa la huida es la falta de información. "Pero en algunos centros hay también problemas de violencia, prostitución... sin mencionar que los procesos de reunificación familiar tardan años", argumenta, "así que los menores acaban confiando más en los traficantes que en el sistema de acogida".

    Según la información recabada por Missing Children Europe, una red formada por 30 ONGs en 26 países y dirigida a menores desaparecidos y explotados sexualmente, la información acerca del paradero de los niños migrantes que han huido suele permanecer desconocida. Puede tratarse de adolescentes no acompañados que han pedido asilo (más de 60.000 demandas en 2016, según Eurostat) o que quieren solicitarlo en algún otro Estado miembro.

    El pasado abril, el comisario europeo de Migración, Dimitris Avramópoulos, sugirió incluir las fotografías y huellas dactilares de los menores en la base de datos del Sistema de Información de Schengen, donde se almacenan los datos de las personas desaparecidas en territorio comunitario. Pero como la intensificación de los controles de frontera no frena la llegada de migrantes, no todos confían en que el refuerzo de los registros tenga éxito en evitar la desaparición de los niños. "Primero hay que entender por qué huyen", remacha Collantes.

    Italia aprobó a finales de marzo la ley Zampa, el primer texto orgánico dirigido a mejorar los sistemas de protección y acogida de los niños migrantes no acompañados. Entre las medidas previstas —por las que se han dispuesto 600 millones de euros— están contempladas la prohibición de rechazar a los menores en frontera, la reducción de los tiempos de permanencia en los centros de primera acogida, la creación de un sistema nacional de información, el nombramiento de tutores y el apoyo de medidadores culturales cualificados.

    La Unión Europea, por su parte, ha aprobado una recomendación —no vinculante— en la que marca la hoja de ruta que deben de seguir los Estados miembros para proteger a los niños migrantes. El texto prevé una mayor coordinación transfronteriza, la aplicación del principio de no devolución y no detención y una mejora del proceso de reunificación familiar, entre otras medidas. "Este es un paso importantísimo por parte de Europa, pero tiene que definirse", alerta Collantes: "No hay que olvidar que solo un mes antes estaba recomendando expulsar a más migrantes".

    Laura Delle Femmine

    https://internacional.elpais.com

    ESPAÑA

    La edad mínima de ingreso en un centro de menores subirá a seis años

    La edad mínima para ingresar en un centro de protección de menores se elevará en Andalucía de los tres años de edad que marca la normativa estatal a los a seis años, y el tiempo de permanencia no podrá superar los seis meses cuando se trate de niños con edades entre siete y doce años según recoge el anteproyecto de la Ley de Infancia y Adolescencia aprobado este martes por el Consejo de Gobierno. La futura norma, que sustituirá a la actual en vigor que data de 1998, garantiza el acogimiento en familias, y no en residencia, de los niños con menos de seis años en situación de desamparo, según explicó este martes la consejera de Igualdad y Bienestar Social, María José Sánchez Rubio, que no detalló cuándo entrará en vigor el texto legal.

    El anteproyecto reforzará los criterios de actuación en situaciones de riesgo, ejercicio de la guardia y asunción de tutela. La norma crea una nueva figura, la guarda provisional, y establece un plazo de siete días naturales para su asunción y de veinte para la resolución del procedimiento.

    La norma también abarca la regulación de una prestación económica para menores tutelados por la Junta en casos de acogimiento familiar. Por otro lado, se prohíbe el ingreso en los centros de protección específicos de menores con problemas de conducta de menos de trece años de edad, a diferencia de la normativa estatal, donde no se establece criterio de edad.

    Otra de las novedades es la extensión del seguimiento hasta los 25 años de edad con el objetivo de facilitar "la preparación para la vida independiente". Además, se fija la posibilidad de arbitrar medidas de apoyo social y prestaciones económicas, "incluso si aún permanece en acogimiento familiar".Asimismo, la titular de Igualdad incidió en el "firme compromiso" de elaborar los informes de idoneidad en los procedimiento de adopción en un plazo inferior a tres meses, con el objetivo de que "no se eternice para las familias".

    La consejera de Igualdad también anunció la introducción de la figura de la adopción abierta, que permite no romper el vínculo con la familia biológica del menor. Sánchez Rubio señaló que se aplicará en casos en los que la situación se puede "revertir" por tratarse de situaciones coyunturales en las que la administración se ha visto obligada a intervenir.

    El nuevo texto mantiene los órganos ya existentes, como el Consejo Andaluz de Asuntos de Menores y el Consejo Regional de la Infancia. Sin embargo, introduce como novedad un espacio de "participación de la infancia y la adolescencia" denominado el Consejo Andaluz de Niños y Niñas y Adolescentes.La actual regulación de derechos se amplía con la incorporación del derecho a ser escuchado, resaltando la importancia de la motivación de las decisiones que se adopten respecto al menor "cuando se aparten de sus deseos y opiniones".

    A.Martín

    www.diariodesevilla.es

    DE MADRES Y PADRES...

    Los padres españoles están muy insatisfechos con el tiempo que dedican a sus hijos

    ¿Cuanto tiempo pasan los padres españoles con sus hijos? ¿Es suficiente? Si no es bastante, ¿qué se puede hacer para cambiar esta tendencia? para contestar estas preguntas ARHOE-Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles ha presentado públicamente el primer número de InformaArhoe, una serie de monográficos y estudios basados en encuestas de percepción sobre el estado de la racionalización de horarios, la productividad, la conciliación y la corresponsabilidad en nuestro país.

    En este primer número titulado «¿Cuánto tiempo se dedica en España a los hijos?» (y desarrollado en el marco del programa «¿Cuánto tiempo tienes para mí?» subvencionado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad —convocatoria IRPF 2016), más de mil personas han contestado a una encuesta que proporciona pistas sobre el statu quo relativo al uso y tiempo que dedican las familias al cuidado de sus hijos.

    Entre las datos más demoledores destaca el de que los progenitores españoles están muy descontentos con la cantidad de tiempo que les dedican a sus hijos. Es interesante ver como los hombres, en general, manifiestan en mayor medida que el tiempo que ellos les dedican es menos del necesario.

    Tras constatar el poco tiempo que pasan con los niños, la mayoría de los encuestados describían sus sentimientos como negativos. Expresaban su sentir con palabras tales como cansado, agobiado, frustrado, culpable, estresado, atrapado, triste, mal, insatisfecho, impotente, desbordado, agotado, desolado, indignado, saturado, etc...

    Las madres siguen siendo las cuidadoras

    En lo que respecta a las diferencias entre sexos, se comprueba que hay una tendencia, por parte de los hombres, a percibir la situación de forma más positiva que las mujeres, si bien, se ha comprobado que son más las madres las que se dedican al cuidado de los hijos y las que más tiempo invierten.

    Ambos, tanto padres como madres, encuentran dificultades para tener tiempo para desarrollar sus labores como progenitores, y creen esta situación puede generar trastornos y problemas tales como:

  • Inestabilidad de la pareja, al no poder atender de forma adecuada las demandas.

  • Fracaso escolar, por la falta de un acompañamiento adecuado.

  • Defectuosa o mala alimentación, lo puede llevar a la obesidad, etc.

  • Deficiencia en la transmisión de valores, principios y hábitos de los padres.

  • Baja natalidad.

  • Bajo rendimiento laboral.

    Reparto de tareas en el hogar

    Se les preguntó quién se ocupa de atender las necesidades de los hijos. El 82,9% de los hombres contestó que «ambos», frente al 69,1% de las mujeres. Queda manifiesto que ellas no piensan lo mismo que ellos...

    Por otra parte, cuando solo es un miembro de la pareja quien se ocupa de atender las necesidades de los hijos, son las mujeres las que nuevamente aparecen desempeñando este papel, alcanzando el 27,2 % de las respuestas, frente al 5,56 % de los hombres. Destacar que de estas mujeres que se declaran únicas cuidadoras, el 86,8 % de ellas trabaja.

    Si hablamos de la valoración que hacen los miembros de la pareja del reparto de las tareas, el papel desarrollado por los hombres se sigue poniendo en evidencia. Es mayor el porcentaje de hombres que considera que el reparto es muy o bastante equilibrado. Sin embargo la mayoría de las mujeres opina que el reparto de los quehaceres del hogar es poco o nada equilibrado.

    También se aprecia que las mujeres son las que dedican más tiempo al cuidado de sus hijos, siendo el 77,1 % las que afirman dedicar más de 2 horas al día. Los hombres se distribuyen de forma más amplia, encontrando que el 36,4 % dedica entre 1 y 2 horas, mientras que el 46,3 % invierte más de 2 horas.

    Finalmente de esta encuesta se desprende que lo que impide a los padres estar con sus hijos es, en el 75,3 de los casos el trabajo, seguido de lejos con un 16,6 por las tareas domésticas.

    Conclusiones del estudio

    Entre las conclusiones que se desprenden de esta encuesta, destacar que existe una necesidad de dedicar más tiempo a los hijos ya que, claramente, el que se les da ahora es insuficiente. La percepción de este problema difiere entre mujeres y hombres, siendo estos últimos más optimistas, en el sentido de que sobrevaloran su aportación y perciben que la situación de necesidad de tiempo no es tan imperiosa.

    Por otra parte, los progenitores son conscientes de que no dedican a sus hijos el tiempo necesario, y que los principales motivos son el trabajo y las tareas domésticas.

    La imposibilidad de conciliar la vida laboral y personal, y en particular para esta encuesta, la familiar, se ve frustrada por la necesidad y voluntad de trabajar de ambos progenitores, por los horarios irracionales en cuanto a horarios de entrada y salida, largos períodos para la comida, las jornadas partidas, la falta de flexibilidad, la imposibilidad de teletrabajar, la falta de adecuación de los horarios laborales a los escolares, los largos desplazamientos al lugar de trabajo, entre otras.

    S. F.

  • www.abc.es/familia

    ESCUELA

    Un verano sin cuadernillos escolares

    ¿En serio has pensado comprar un cuadernillo de ejercicios para que tus hijos permanezcan sentados durante las tardes de verano? ¿Esa es tu idea de un verano inolvidable? ¿Imaginas lo que hubiese sido de Tom Sawyer, Jo March, Pipi Calzaslargas o Los 7 Secretos si hubiesen tenido que perder su valioso tiempo rellenando ejercicios absurdos de un cuaderno escolar?

    El verano es esa maravillosa época en la que no hay que reforzar el conocimiento, sino expandirlo sin control. Y la familia es el entorno de aprendizaje ideal: somos los que mejor conocemos a nuestras criaturas y podemos ofrecerles actividades apasionantes, adaptadas a sus intereses, sin necesidad de exámenes ni boletines de notas.

    Lo mejor para los niños y niñas en verano es disfrutar de su tiempo libre, de la piscina, la playa o la montaña. Pero por si acaso os quedáis sin ideas, el sol se nubla o no podéis parar quietos, aquí os dejo unas cuantas actividades para aprender en familia.

    Para aumentar los conocimientos geográficos, podéis realizar actividades de orientación con mapa y brújula. Cuando salís de excursión ¿sabéis orientaros en la montaña para llegar a ese refugio del que os han hablado? Es el momento de aprender para qué sirven los mapas: interpretar las curvas de nivel para ir por el camino más llano, saber en qué dirección caminamos usando la brújula y estimar el tiempo que tardaremos. No hace falta elegir una ruta muy complicada: el juego consiste en aprender a usar un mapa para algo más que para dibujar los ríos. Seguro que después de la aventura, vuestras hijas e hijos miran estos artilugios con otros ojos. Y si sois más de GPS, os podéis unir a la interesante actividad de geocaching usando vuestros smartphones y encontrar tesoros escondidos por toda la geografía española.

    Para que vuestros hijos se interesen por la historia, podéis programar rutas de leyenda. Antes de salir, prepara el viaje y busca sucesos interesantes, leyendas o mitos vinculados al lugar que vayáis a visitar. Mis hijos nunca olvidarán nuestra visita a Granadilla (Cáceres), un pueblo que fue desalojado en 1950 para realizar las obras del Pantano de Gabriel y Galán y que, finalmente, no llegó a ser inundado. En nuestra visita, la historia medieval de la villa feudal y el castillo de la Casa de Alba se entremezcló con la más reciente de las personas que tuvieron que abandonar su pueblo. Cuando llegaron a casa, quisieron saber más, cosa que no suele pasar con la historia que estudian en el cole.

    Para practicar la lectura, la escritura y la fotografía, podéis proponerles escribir un cuaderno de viaje con fotos y relatos de vuestras peripecias. Cuando volváis de vuestras aventuras, pasad momentos tranquilos en los que recopiléis anécdotas y fotografías, bien en un cuaderno convencional, bien en un blog o bitácora digital. Si elegís el segundo formato, podéis enviar a vuestros conocidos los enlaces de vuestras entradas con texto y fotos para que sepan de vosotros y os dejen comentarios. Dejad que sean vuestros hijos los que lleven las riendas de la actividad sin esperar nunca un resultado perfecto: recordad que están aprendiendo.

    Pero no os lancéis a realizar actividades de una manera frenética. El verano es la estación de la pausa, y ahora que no estamos presionados por la prisa es el momento de enseñar a los más peques a colaborar en las tareas del hogar. Aprender a cocinar platos sencillos, ir a por el pan a la panadería de enfrente, poner y quitar la mesa o hacer las camas. Estas habilidades domésticas les serán de gran utilidad el día de mañana. Planteadlas como rutinas, hacedles sentirse importantes realizándolas y estaréis contribuyendo a su autonomía, además de ganar una colaboración inestimable.

    Y si queréis, sin más, tener una tarde tranquila, dejadles simplemente jugar. No hace falta llenar todo el tiempo de los niños y niñas con actividades apasionantes. El juego libre es lo que más echan de menos durante todo el año. ¿O no es el recreo lo que más les suele gustar del colegio? Tened en cuenta que su capacidad de asombro es mucho mayor que la nuestra, y una simple tarde en la playa puede convertirse en una aventura apasionante y en una oportunidad única de aprendizaje.

    Beatriz Martín del Campo

    www.eldiario.es

    REFLEXIONES

    Sí, es culpa de tus padres

    Vivimos en una cultura que celebra el individualismo y la independencia. Sin embargo, los humanos somos una especie exquisitamente social: prosperamos al tener buena compañía y sufrimos en aislamiento. Más que cualquier otra cosa, nuestras relaciones íntimas —o su falta— moldean y definen nuestras vidas.

    Aunque ha habido muchas escuelas de pensamiento que nos ayudan a entender qué es lo que tensa o mantiene los vínculos humanos, desde la freudiana hasta la Gestalt, una de las explicaciones más estudiadas quizá sea la menos conocida por la gente: se llama teoría del apego y cada vez más hay un mayor consenso sobre su capacidad para explicar y mejorar cómo nos desenvolvemos en nuestras relaciones.

    Concebida hace más de 50 años por el psicoanalista británico John Bowlby y validada científicamente por la psicóloga estadounidense Mary S. Ainsworth, especialista en desarrollo, la teoría del apego está en auge y se aplica en todos los niveles: desde los preescolares de zonas desfavorecidas hasta los programas de mentorías ejecutivas. Los expertos en los campos de la psicología, la neurociencia, la sociología y la educación mencionan que el supuesto subyacente de la teoría —que la calidad de nuestros apegos tempranos influye profundamente en nuestro comportamiento adulto— tiene una repercusión especial en una época en que la gente parece más apegada a sus celulares que a las demás personas.

    Hacia el final de nuestro primer año de vida ya ha quedado marcada en nuestros cerebros de bebé una plantilla bastante indeleble sobre cómo pensamos que funcionan las relaciones, con base en la manera en que nos tratan nuestros padres u otros cuidadores importantes. Desde un punto de vista evolutivo, esto tienen sentido porque debemos descubrir pronto cómo sobrevivir en nuestro entorno inmediato.

    “Si se te brinda un apego seguro, eso es genial, porque entonces tienes la expectativa de que, si estás angustiado, puedes recurrir a alguien en busca de ayuda, además de sentir que puedes ayudar a otros”, dijo Miriam Steele, la codirectora del Center for Attachment Research en la New School for Social Research, en Nueva York.

    No es tan bueno si estás en el grupo del 40 al 50 por ciento de bebés que, según indica un metaanálisis de investigaciones, tienen un apego inseguro porque sus experiencias tempranas fueron por debajo de lo óptimo (sus cuidadores estaban distraídos, eran extremadamente autoritarios, eran despectivos, no eran confiables, estaban ausentes o tal vez eran amenazantes). “En casos así, tienes que ganarte tu seguridad”, dijo Steele, formando apegos seguros más adelante que te ayuden a superar tu deficiente modelo interno de funcionamiento.

    Puesto que la tasa de divorcio también está entre el 40 y el 50 por ciento, parecería que no se trata de una tarea sencilla. De hecho, según los investigadores, las personas con modelos de apego inseguro tienden a sentirse atraídas por aquellos que cumplen con sus expectativas, aunque los traten mal. Pueden actuar subconscientemente de maneras que provoquen una conducta insensible, poco confiable o abusiva, la que les sea más familiar. También pueden huir de los apegos seguros porque los perciben como algo desconocido.

    “Nuestro sistema de apego da preferencia a lo que ve de acuerdo con lo sucedido en el pasado”, dijo Amir Levine, un psiquiatra de la Universidad de Columbia y coautor del libro Attached, que explora la manera en que las conductas de apego afectan la neuroquímica del cerebro. “Es como buscar en Google, que autocompleta la búsqueda con base en lo que buscaste antes”.

    De nuevo, esto no significa necesariamente que tu destino esté marcado. Los programas de intervención en la New School y la Universidad de Delaware están teniendo un éxito sobresaliente ayudando a los grupos de alto riesgo, como las madres adolescentes, a cambiar sus conductas de apego (a menudo transmitidas de una generación a la siguiente) y establecer relaciones más seguras. Otra estrategia de intervención basada en el apego llamada Círculo de Seguridad, con 19.000 facilitadores capacitados en 20 países, también ha mostrado ser efectiva.

    Lo que estos protocolos tienen en común es promover la conciencia entre los participantes de su estilo de apego y los comportamientos de sabotaje asociados, así como instruirlos sobre la manera de equilibrar la vulnerabilidad y la autonomía en las relaciones.

    Una razón por la que la teoría del apego ha “ganado tanto terreno últimamente es que sus ideas y observaciones hacen eco en nuestra vida diaria”, dijo Kenneth Levy, un profesor adjunto de Psicología en la Universidad Estatal de Pensilvania que realiza investigaciones sobre psicoterapia orientada al apego.

    De hecho, si miras las categorías clásicas de estilos de apego —seguro, inseguro-ansioso, inseguro-evitativo e inseguro-desorganizado— es muy fácil encontrar cuál es aplicable a ti y a otras personas en tu vida. Las categorías se derivan de decenas de miles de observaciones a bebés y niños en proceso de aprender a caminar cuyos cuidadores los dejaban brevemente, ya fuera solos o con un extraño, y luego regresaban, lo que constituye una prueba conocida como “Situación extraña”. Las etiquetas también pueden aplicarse a la manera en que se comportan los adultos con sus seres queridos en momentos de estrés.

    Los niños seguros se enojan cuando sus cuidadores se van, y se acercan a ellos con los brazos abiertos cuando regresan. Abrazan con fuerza al cuidador, quien puede calmarlos pronto. Un adulto con apego seguro también busca consuelo y apoyo en un ser querido cuando, por ejemplo, no lo tomaron en cuenta para un ascenso en el trabajo o se siente vulnerable y herido. Además, está listo para actuar de manera recíproca si la situación se revierte.

    Los niños en el extremo inseguro-ansioso del espectro se molestan cuando los cuidadores se van y pueden acercarse a ellos cuando regresan. Pero no se calman con facilidad, por lo general porque su cuidador ha demostrado ser una fuente poco confiable de consuelo en el pasado. Pueden patalear y arquear la espalda como si estuvieran enojados. En la edad adulta, tienden a obsesionarse con sus relaciones y es posible que sean muy dramáticos con el fin de obtener atención. Quizá persigan a alguien que les interesa en términos amorosos, en lugar de tomarlo con calma.

    Los niños inseguros-evitativos no registran su estrés cuando el cuidador se va (aunque sus hormonas del estrés y su ritmo cardiaco puedan estar por los cielos) y no muestran mucho interés cuando el cuidador regresa porque están acostumbrados a que se les ignore o rechace. Otra opción es que un padre los haya asfixiado con demasiada atención. Los adultos inseguros evitativos tienden a tener problemas para intimar y es más probable que terminen las relaciones, en especial si les está yendo bien. Es posible que no devuelvan una llamada y se resistan a hablar de sus sentimientos.

    Por último, los niños y los adultos inseguros-desorganizados tienen comportamientos tanto evitativos como ansiosos de manera ilógica y errática. Esta conducta es por lo general el resultado residual de situaciones en las que el cuidador durante la infancia era amenazante o abusivo.

    Las herramientas para determinar tu estilo de apego dominante incluyen la Entrevista de Apego Adulto —que está hecha para que la aplique un psicólogo clínico—, así como cuestionarios autoadministrables como la Encuesta de Estilos de Apego y Relaciones Cercanas. Sin embargo, los críticos sostienen que su exactitud depende de la habilidad y la capacitación del entrevistador en el caso de la primera, y de la autoconciencia en la segunda; lo que quizá explica por qué puedes hacer ambas pruebas y obtener resultados diferentes.

    También es posible que la gente deba verse como un continuo a través de las distintas categorías”, dijo Glenn I. Roisman, director del Laboratorio de Investigación sobre las Relaciones en la Universidad de Minnesota, en Mineápolis.

    Cabe resaltar que, al igual que las personas en las categorías de inseguridad pueden tornarse más seguras cuando establecen relaciones cercanas con gente segura, las personas seguras pueden serlo menos si están con personas inseguras. “Necesitas del contexto social para mantener tu sentido de seguridad”, dijo Peter Fonagy, profesor de Psicoanálisis en el University College London.

    Añadió que tener apegos seguros no consiste en ser un padre o pareja perfectos, sino en mantener la comunicación para reparar las inevitables desavenencias que ocurren. En el desgaste diario de cualquier relación, dijo el Dr. Fonagy, “si el flujo libre de la comunicación es defectuoso, la relación también lo es”.

    Kate Murphy

    Periodista, escribe frecuentemente para The New York Times

    www.nytimes.com

    TESTIMONIOS

    Un gran futuro, pero sin familia detrás

    Jóvenes tutelados por la Xunta tras perder los padres la custodia relatan cómo se preparan para la vida adulta y, de ese modo, borran los prejuicios que hay sobre ellos

    «Cuando llegué aquí, pronto hará un año, tenía miedo. No sabía cómo podría enfrentarme a la vida sola. Ahora no lo tengo. Trabajo, estudio. Quiero estudiar Educación Social y he aprendido a valerme por mi misma». África tiene 18 años. Vive en Santiago, en una vivienda compartida con otros cinco compañeros más. La casa en la que están tiene dos plantas, jardín, plaza de garaje... Es uno de los nueve pisos tutelados que gestiona el programa Mentor de la oenegé Igaxes3, un lugar donde jóvenes que, por golpes de la vida, pasaron a estar bajo la protección de la Administración, aprenden a ser independientes para enfrentarse a la nueva etapa vital que se abre a partir de la mayoría de edad. Pueden trasladarse a una de esas viviendas a los dieciséis años.

    Aunque la edad media a la que los que los jóvenes españoles dejan el hogar paterno si sitúa en los 29 años, en su caso, a partir de los dieciocho, pueden echar a volar cuando quieran. «De optar por estudiar una carrera, tienen la alternativa de acceder a una beca», explica Carlos Rosón, el director de la oenegé. África espera hacerla. ¿Por qué? Desde que entró en un centro de protección lo ha sabido. «Cuando entré me ayudaron, quiero ayudar», dice convencida.

    En la vivienda tutelada pueden estar hasta cumplir los 21. Pero no pueden saltarse las reglas. Solo ellos pueden saber cuándo están preparados para dejarla, cuándo tienen suficiente respaldo para independizarse. Esta misma semana dos compañeros abandonaron la casa. Porque todos ven un gran futuro por delante, pero ahí fuera estarán solos.

    Búsqueda de empleo

    Para echarse a volar, han de tener un respaldo económico. «Teñen que saber, e sábeno, -explica Camilo, uno de los monitores- que hai que ter algo aforrado porque, como mínimo han de pagar un aluguer, unha fianza, a comida... Unha vez que saen xa están fóra da cadea de protección. Manteñen o vínculo e veñen vernos de cando en vez». Fuera no tienen apoyo familiar. El único modo es hallar un trabajo. «Hay que buscar mucho, es muy importante. No vale con dejar el currículo y y ya está. Tienen que ver que realmente tienes ganas de trabajar», coinciden. «O normal é que logren estabilidade co segundo emprego», añade el asesor.

    A veces, al hacer esa búsqueda activa de empleo se encuentran con un estigma que quieren romper. «No somos delincuentes -explica Mikel-, solo hemos estado en un centro de menores porque, por una razón u otra, no podíamos estar en nuestra casa».

    África y Mikel son los protagonistas de una campaña que busca acabar con unos prejuicios que incluso notan, a veces, en algunos profesores. Pero, cuando la gente sabe cómo es su realidad, desaparecen. Por eso estos chavales entienden que la primera barrera con la que se encuentran es por el mero hecho de no saber. «Ao non saber, moita xente móntase a súa propia película», añade Mikel.

    Reacciones dispares

    María, otra de las chicas que viven en la casa, aún no ha llegado a los dieciocho. Apunta que hay dos tipos de reacción cuando saben que vienes de un centro de menores. «Una es de pena. ‘‘¡pobre!’’. La otra, de rechazo. Tan mala es una como la otra, porque somos como cualquier chico de nuestra edad», explica.

    Es jueves por la tarde. África, Mikel, María Adrián, Aarón y Álvaro charlan en el salón sobre cómo organizan las tareas del día a día. Explican las normas que rigen el hogar y cómo cualquier cambio de rutina ha de ser consensuado en la asamblea. «En otros pisos hay un monitor, pero aquí no. Es una forma de trabajar la convivencia», explican. Porque, como en cualquier hogar, a veces también hay discrepancias. «Somos seis adolescentes viviendo bajo el mismo techo», bromea Álvaro.

    Y viven como cualquier adolescente. Tienen su paga semanal. Estudian. Van a tomar café con los amigos. Los que son mayores de edad pueden salir el fin de semana hasta las tres y media. «Para cualquier cambio hay que avisar», matiza África. Además, son voluntarios con el Obradoiro. Algunos también entrenan a un equipo de fútbol de chavales. «Nos llevamos muy bien con ellos», dicen.

    La comida y la compra también es cosa suya. Hay que saber administrar el dinero ajustándose al menú que marca la Xunta. Pueden variar un poco la receta, pero han de respetar los ingredientes. Es una forma de aprender a comer sano, porque los menús están diseñados por un nutricionista. Y no solo eso. Además de trabajar y estudiar, hacen la colada, limpian el baño, recogen el garaje, limpian el polvo....

    ¿Cuáles son sus sueños? Mikel, que estudió un módulo de Artes Gráficas, pretende comenzar otro relacionado con lo que más le gusta: ser Dj. Tiene un grupo y hasta alguna actuación programada. No da más detalles. Adrián, dicen sus compañeros, es poeta. Y Álvaro canta rap. Ha compuesto varios temas. A través del hip-hop quiere que la gente sepa cómo son estos chicos con mucho futuro.

    María Cedrón

    http://www.lavozdegalicia.es

    Susana y Abraham cesan en la adopción tras 6 años de espera: "Quiero ser madre, no abuela"

    Una pareja madrileña, otra vallisoletana y una tercera andaluza relatan lo difícil que es en España adoptar un niño, tanto a nivel nacional como internacional. "Los tiempos, por motivos básicamente burocráticos, se van demorando. Tanto que llevamos esperando seis años y ahora el país está cerrado". "Es absurdo que si hay un niño en Huesca yo no pueda adoptarlo, como también lo es que si me mudo de comunidad tenga que empezar de cero". "El proceso de ponerle tus apellidos debería tardar seis meses pero se está prolongando hasta dos años, porque por lo visto hay un tapón en los juzgados". El "vacío legal" de las adopciones deja sin familia a miles de niños.

    Tres familias, cada una de una comunidad autónoma y en un punto diferente del camino, relatan lo complicado que es en España embarcarse en un proceso de adopción. A la espera de un reglamento que desarrolle la ley sobre la protección jurídica de la infancia y la adolescencia aprobada en 2015 —y que habrá que analizar después si realmente mejora la situación—, las adopciones, tanto nacionales como internacionales, suponen para muchas parejas un arduo viaje a través de trámites burocráticos y dilatadísimos tiempos de espera, que no siempre acaba con un final feliz.

    El cierre de Etiopía ha truncado el sueño de ser padres de Susana y Abraham. Después de seis años de espera, tras intentarlo por todos los medios y haber pagado la mayor parte del contrato que firmaron, a esta pareja madrileña le han cerrado el país por el que habían apostado para adoptar.

    "Tras hacer el curso inicial, en la Comunidad de Madrid nos dijeron que solo podíamos elegir un país, cuando en otras CC AA te dejan elegir dos países y llevar la adopción internacional en ambos en paralelo. Entonces nosotros escogimos Etiopía y tuvimos que firmar un contrato, a priori, a 12.000 euros por una duración de dos años y medio o tres".

    "Podemos empezar de cero; pero quiero ser madre, no abuela"

    A medida que pasaba el tiempo, "sabes que tienes que esperar y te relajas". "Íbamos recortando de cosas hasta que pudiéramos lograr los 12.000 euros, además del dinero para el viaje a Etiopía que teníamos que hacer (unos 3.000 o 4.000 euros). Estábamos dispuestos y decidimos seguir adelante". Sin embargo, "los tiempos, por motivos básicamente burocráticos, se van demorando. Tanto que llevamos esperando seis años y ahora el país está cerrado".

    "Nos llegó la notificación en mayo del Instituto del Menor y la Familia porque, digamos que lo que sería el Ministerio de allí, ha decidido que va a reestructurar todo el proceso y va a intentar fomentar la adopción nacional dentro del propio país", explica resignada esta joven. Tras este gran "palazo" —como lo define Susana— en Madrid les dieron la opción de "poder abrir un segundo expediente empezando de cero. Lo que corresponde un nuevo gasto, un nuevo contrato (que ya no son de 12.000 euros sino que los hay hasta de 21.000 dependiendo del país) y todo el dinero que nosotros habíamos invertido sería a fondo perdido".

    "Ahora mismo nosotros estamos entre el 15 y el 20 de la lista, empezamos en el puesto 100, y no está nada mal". Sin embargo, aunque Etiopía vuelva a abrir de aquí a un tiempo las adopciones internacionales, si MundiAdopta, la Ecai que los lleva y que pasa por una situación delicada, cierra por falta de liquidez, nadie les asegura que la Comunidad se haga cargo de su expediente.

    Esta pareja pagó 5.600 euros de inicio cuando firmaron el contrato y cuando estaban relativamente del primer puesto de la lista de adoptantes tuvieron que abonar 3.000 más de cooperación internacional a Etiopía. Además, el propio país hizo una remodelación y tuvieron que cambiar de documento, lo que supuso un añadido de otros 1.500. Más de 10.000 euros caídos en saco vacío.

    A pesar de ello, en 2015, en vistas de que los trámites internacionales iban para largo, decidieron apuntarse también a la adopción nacional. "En principio no tenemos mal número: éramos el 458 de casi 10.000 peticiones. La historia es que en dos años aún van por el expediente número 100", comenta Susana. Además, la mala noticia del cierre de Etiopía no llegó sola. En el mismo mes, "un representante del Instituto del Menor nos dijo que nos olvidásemos de la nacional porque la media de edad de la pareja tiene que ser 40-41 años". Ella acaba de cumplir 38 y su marido 43, por eso —dice— "si en dos años solo han asignado 100 niños, en el momento en que yo el año que viene haga los 39 se terminó".

    Y es que todo son 'contras'. Dentro de las de los diferentes lugares para abrir otro expediente internacional está República Dominicana, donde esperarían "mínimo tres años" tendrían que estar "cuatro meses de estancia allí". Por ello, Susana denuncia que "no todo el mundo se puede permitir cuatro meses de excedencia aparte de los costes de estar allí". En otros países como la India, por ejemplo, la espera es de "alrededor de los 5 o 6 años" y en Madagascar "hay tanta lista de espera hoy en día que no se firman nuevos contratos hasta el 2020".

    "Nosotros nos hemos quejado, se ha llevado una propuesta al congreso, pero no sirve de nada. Hemos mirado muchas cosas, nos hemos informado mucho, pero llega un momento en el que tienes que relajarte y empezar a disfrutar de lo que tienes. Tienes que hacerte a la idea de que en tu casa vais a ser tu pareja y tú y ya está", declara.

    "Basta ya, llevamos seis malos años y hay que empezar a vivir y disfrutar", dice Susana. Con esta filosofía, este verano podrá viajar a México y conocer la cultura maya que tanto le gusta sin pensar en ahorrar "para poder ser madre". Y es que Abraham y ella están "casi seguros" de que "no vamos a abrir un segundo expediente porque la verdad es que la carga emocional ha sido muy grande y, no te voy a engañar, los años pasan. Yo quiero ser madre, no quiero ser abuela", sentencia.

    Adopción nacional... ¿o autonómica?

    Cuando Miguel y Sonia (nombres ficticios) salieron el pasado mes de marzo de la reunión en la que les informaron sobre las adopciones internacionales se sintieron desolados. "Nos dimos cuenta de que era muy complicado, bastante más de lo que nos habíamos planteado", cuenta ella al otro lado del teléfono.

    Casados desde 2012, habían estado dos años y medio probando sin éxito técnicas de reproducción asistida, con el coste económico, pero principalmente emocional, que supone cada intento fallido. Y con los efectos que sobre la mujer tienen las estimulaciones de ovarios que conllevan. "Mi cuerpo ya no aguantaba más. Y él también estaba anímicamente destrozado", recuerda.

    Este matrimonio de Valladolid sabía que la adopción no iba a ser inmediata, pero no pensaron que encontrarían tantas trabas: "Nos dieron una lista de 32 países y nos los presentaron uno por uno. En los márgenes de ese papel vas viendo tu futuro muy negro". Brasil, la demora es de más de seis años y los niños, mayores; China, son necesarios unos ingresos mínimos de 30.000 euros y un patrimonio de 80.000; Filipinas, ninguno de los progenitores puede ser diabético y Miguel lo es; Rusia, la espera es de 14 meses pero hay que hacer tres viaje y la información no suele ser muy transparente… Así hasta 32 decepciones.

    Con escasas expectativas de poder acceder a alguno de esos destinos, esta pareja acudió entonces a un encuentro en el que les explicaron los pasos a seguir para adoptar un niño en España, o concretamente, en Castilla y León, porque el pequeño debe ser de la misma comunidad en la que reside la familia solicitante. Las perspectivas tampoco fueron muy halagüeñas, pero tras sopesar los pros y contras de ambas vías, en abril decidieron presentar los papeles para la adopción nacional, donde al menos el proceso es gratuito.

    Ellos han solicitado dos niños, de cero a dos años, aunque son conscientes de que es difícil que ese baremo de edad se cumpla, y no estarán cerca de tenerlos en casa al menos hasta dentro de seis años. Cuando se vaya aproximando ese momento serán sometidos a la evaluación que determinará si se les concede o no la idoneidad. "Van resolviendo expedientes por orden de llegada, no por necesidades o demanda. Ahora están con los de 2011. Cuando lleguen a los años posteriores pueden encontrarse con más peticiones y que la espera se alargue. En Castilla y León el número de adopciones anuales es de 60, una cifra muy baja", explica Sonia.

    Con un plazo tan largo por delante, ella afirma que es un tema que quiere dejar aparcado y, cuando se le pregunta si finalmente se decidirán a intentar también el procedimiento internacional, responde que necesitan darse un tiempo: "Desde que nos casamos tuvimos la idea de que queríamos adoptar un niño, pero pensando que primero vendrían los biológicos. La perspectiva cambia cuando lo has intentado todo y te das cuenta de que no puedes. A mí me costó mucho verbalizar 'no puedo tener hijos, vamos a adoptar'. Lo voy asumiendo, pero al principio es muy duro". En ese camino hacia la asimilación, aún no han llegado a dar el paso de comunicar a todo su entorno que han iniciado este proceso, de ahí que prefieran mantener el anonimato.

    Esta chica no está a favor de la gestación subrogada, pero admite que entiende la posición de quien quiere tener un hijo y, al ver lo que supone adoptar, decide acudir a ella. "Habría que darles oportunidades a los niños que ya están en el mundo. En España hay miles esperando una familia y cuando vas a otros países y ves en la situación en la que están, se te parte el alma pensando en la buena vida y el amor que les podrías ofrecer", lamenta.

    "Si fuera por dinero habría pedido un crédito. Pero no es solo cuestión de dinero. Es que te topas con las Administraciones y son como un muro", denuncia. Exige al Gobierno que renueve y revise los convenios con terceros estados y abra el abanico de países en los que se puede adoptar, así como coordinación entre las autonomías: "Es absurdo que si hay un niño en Huesca yo no pueda adoptarlo, como también lo es que si me mudo de comunidad no me sirva de nada lo que he hecho y tenga que empezar de cero". A ella ahora le toca esperar, pero no va a hacerlo cruzada de brazos; se ha propuesto luchar para que sus reclamaciones no caigan en saco roto: "Nos tienen que escuchar".

    Un expediente paralizado tres años

    Luz y su pareja llevan varios meses esperando la que será una de las llamadas más importantes de sus vidas, esa en la que les informen de que ya tienen asignado a su hijo y de que en breve podrán viajar a buscarlo. Es lo único que les falta para cumplir su deseo de ser padres, pero para llegar hasta aquí han tenido que pasar casi siete años, en los que han llegado a tener el expediente paralizado. Inmersos en la fase final de este periplo, prefieren no dar a conocer sus nombres reales.

    "Cuando nos casamos teníamos claro que queríamos adoptar un niño y un año después empezamos a informarnos", relata esta andaluza. Ellos se decantaron por el procedimiento internacional porque para el nacional les dieron muy pocas esperanzas. "A mi marido además le daba miedo que la familia biológica viniera a buscar al niño al cabo del tiempo y prefería que fuera del extranjero para que no hubiera esa cercanía", cuenta.

    Tomada la decisión de la vía a seguir entregaron la solicitud y medio año después hicieron el curso de preparación, un curso "magnífico", que ella "recomendaría incluso para muchos padres biológicos". "Te hacen representar diferentes roles. Te ponen en situación. En lo peor y en lo mejor. Te explican que los niños en adopción pueden estar sanos pero que todos tienen carencias, por muy pequeños que sean", apunta.

    Tres meses después de aquella formación les citaron para la primera entrevista. Lentamente, pero el proceso parecía que avanzaba. Hasta que llegó ese encuentro con el trabajador social y el psicólogo y cometieron el error de ser sinceros: "Les dijimos que teníamos abiertos los dos caminos, el adoptivo y el biológico, y nos dijeron que entonces no podíamos seguir adelante con la adopción. Hasta que no descartáramos los medios biológicos teníamos que paralizar el expediente. Oficialmente es algo que haces tú de forma voluntaria, pero porque sabes que te están diciendo que no te van a dar la idoneidad".

    Luz no entiende esa postura: "Nunca me va a entrar en la cabeza. ¿Qué problema hay en que te quedes embarazada mientras buscas un niño en adopción? Por mi parte los dos iban a tener la misma consideración. Los dos iban a ser mis hijos. Yo sabía que la adopción iba a tardar y quería ir poniéndola en marcha".

    De haberle permitido seguir con los trámites, esta pareja habría podido cumplir su sueño hace mucho tiempo, porque en aquel momento no lo sabían, pero no iban a poder tener descendencia. Ella se sometió a dos tratamientos de fecundidad que la agotaron psicológicamente y que la llevaron a decidir que había llegado el momento de centrarse exclusivamente en la adopción.

    La paralización del expediente se va prolongando cada año, hasta un máximo de tres. Así que, cuando estaba a punto de cumplirse el tercer plazo, llamaron a la delegación, contaron lo que les había ocurrido y pidieron que se reabriera su caso.

    A partir de ahí la maquinaria burocrática se puso nuevamente en marcha. A una entrevista en casa y a la concesión de la idoneidad les siguió la realización de las pruebas que cada estado exige para determinar si acepta o no a la familia adoptante. "Son test mayormente psicológicos. Te pasas una mañana entera. Se pueden elegir dos países pero te recomiendan pedir uno solo porque algunos no ven bien que tengas una segunda opción", señala Luz.

    En el que ellos han elegido las adopciones son "muy claras". "Los niños vienen con mucha información. Otra de las cosas buenas es que la estancia es solo para recogerlos", explica. El único problema que han visto es que el pequeño no llega a España en adopción, sino bajo custodia, con los apellidos de sus progenitores biológicos. "El proceso de ponerle los tuyos debería tardar seis meses pero se está prolongando hasta dos años, porque por lo visto hay un tapón en los juzgados", se queja. El país de origen les hará tres seguimientos durante los seis primeros meses. "Cuando pasas el tercero te dicen que el niño es tuyo y que ya lo puedes adoptar. No es justo que vayas con los papeles a la delegación y en vez de tardar unos días en tramitarlo se tarden dos años", continúa.

    Esta mujer lamenta que todo se dilate tanto a la hora de adoptar: "Es una lucha increíble, cuando de lo que estamos hablando es de niños. Es lo primero que debería priorizarse. Niños que están creciendo en orfanatos porque los papeles no se mueven".

    Noelia Pérez / Araceli Guede

    http://m.20minutos.es

    Larissa, la niña que fue devuelta por padres adoptivos tres veces

    "Si no hubiera recibido apoyo no hubiera logrado completar el proceso", señaló Rutilene de Sousa, quien adoptó a Larissa luego de que la niña fuera regresada en tres casos anteriores. El destino de Larissa comenzó a ser marcado cuando sus padres biológicos, que eran adictos al crack, la abandonaron.

    Los padres dejaron a la niña cuando era bebé en una plaza de Palmas de Monte Alto, en el estado brasileño de Bahía.

    Larissa*, que ahora tiene 7 años, fue devuelta tres veces en procesos de adopción hasta llegar a sus actuales padres en 2016. La ley permite desistir de una adopción durante la etapa provisoria de convivencia, que tiene un mínimo de 30 días y un plazo fijado caso a caso por un juez.

    En el caso de Larissa, una pareja de Ceará se llevó a la niña a la capital del estado, Fortaleza, en 2014. Pero la pareja regresó a la menor alegando que era insubordinada y tenía temperamento difícil, lo que dificultaba la convivencia.

    El argumento fue el mismo en los otros dos casos en que la niña fue rechazada.

    "Me ponía a prueba todo el tiempo"

    "En el comienzo fue bien difícil", relato la actual madre adoptiva de Larissa, Rutilene de Sousa, de 45 años. La niña estaba asustada y era desconfiada. Era como si me pusiera a prueba constantemente para ver si la quería.

    "Mi hija me desafiaba todos los días". "La niña estaba asustada y era desconfiada. Era como si me pusiera a prueba constantemente para ver si la quería". "Todo eso se reflejaba en las relaciones con las personas y hasta cuando dormía. Tenía un sueño muy agitado".

    Problema global

    La historia de Larissa es más común de lo que se imagina.

    Sólo en Brasil se registraron al menos 172 devoluciones de niños en proceso de adopción en los últimos cinco años. Y la cifra incluye apenas 11 estados del país que respondieron a la solicitud de datos de la BBC.

    El Registro Nacional de Adopciones de Brasil, CNA por sus siglas en portugués, indica que hay cerca de 4.700 niños y adolescentes disponibles para adopción en el país. (El problema de las adopciones que resultan está presente en muchos países. En el Reino Unido, por ejemplo, se estima que al menos un 4% de los niños regresan al cuidado de los servicios sociales cada año luego de ser adoptados, según datos de un informe de 2014 del Departamento de Educación. Hay más de 85.000 niños en los servicios sociales en Reino Unido, de los cuales cerca de 5.500 son adoptados cada año).

    "Te sientes destrozado"

    Los adultos también sufren cuando las adopciones no llegan a buen término según lo esperado. Roberto*, un funcionario público brasileño de 44 años, desistió de adoptar un niño en 2014. "Luego de la devolución te sientes absolutamente destrozado, hecho pedazos. Te sientes el peor hombre del mundo", afirmó Roberto. "Literalmente te revuelcas de dolor en el piso. No le deseo eso a nadie".

    El sueño de la paternidad comenzó a esfumarse para Roberto poco después de iniciado el período provisorio de convivencia con el niño, que tenía dos años.

    "El día a día fue muy distante de lo que soñaba. Cuando mi compañero perdió interés en la adopción yo comencé a cansarme física y emocionalmente", señaló Roberto. "Comencé a deprimirme y llegué a la conclusión de que no sería bueno para el niño permanecer conmigo. Fue una decisión muy difícil".

    Roberto y su compañero habían registrado su interés en adoptar en 2011. Luego de tres años de espera recibieron al niño, con quien convivieron durante tres meses. "Ya no quiero más adoptar. Pasé por mucho sufrimiento, pensé que podría hacer frente a esa situación pero no aguanté". "Y eso afectó mucho mi vida, mis creencias, mis ideas sobre el amor. No se si podré recuperarme. Tendré que aprender a convivir con esta realidad", confesó.

    Reconstrucción

    En el caso de Larissa y Rutilene la relación continuó a pesar de las dificultades. La niña asiste a sesiones semanales de terapia y se encuentra mucho más tranquila. En el comienzo tuvo varias crisis que se manifestaban en síntomas diversos como confusión de identidad y falta de concentración.

    "En un principio se resistía a todo. Si le decíamos que era la hora del baño, decía que no", relató Rutilene. "En el colegio era inquieta, no prestaba atención a nada, peleaba con los compañeros de clase y con las maestras". "Pero ahora las cosas se han ido ajustando. La etapa de los desafíos constantes ya pasó y esta comenzando a percibir que esta relación con sus padres es para siempre".

    Larissa pudo permanecer en Fortaleza luego de la primera devolución gracias a la intervención de Acalanto ("arrullo"), una ONG que ayuda famílias durante el proceso de adopción. Como la ciudad de origen de Larissa no contaba con psicólogos, la entidad recurrió a la justicia para mantenerla en Ceará, donde la niña podría ser ayudada por un equipo multidisciplinar. Rutilene es voluntaria de la ONG y conoció a Larissa a través de la organización.

    Historias de sufrimiento

    "En muchos casos las familias no están preparadas para la adopción y los profesionales tienen dificultades para responder a esta realidad", señaló Angélica Gomes, especialista en servicio social.

    "Al comienzo todo te parece maravilloso. Vas al orfanato sólo los fines de semana. Pero cuando el niño viene a tu casa a vivir es otra historia", dijo Rutilene de Sousa. "Y cuando el conflicto está en su punto máximo las personas piensan en la devolución del niño como una solución inmediata".

    Gomes asegura que es preciso comprender la "historia del sufrimiento de padres e hijos en ese proceso de construir una familia, evitando tanto el romanticismo como el desaliento". "El dolor surge, las heridas se abren y deben abrirse para poder sanarlas de verdad. Es una relación humana y los conflictos están presentes en toda relación humana".

    Apoyo

    Para la madre de Larissa, el apoyo por parte de psicólogos fue fundamental para que entendiera mejor a su hija y no desistiera de adoptar. "Caí en depresión, entendí por qué otros padres abandonaban el proceso de adopción y no tenía confianza en mi capacidad de ser madre". "Estoy segura de que sin apoyo profesional no hubiera logrado completar el proceso".

    Thays Lavor

    www.bbc.com

    Familias de acogida: "Por casa han pasado 50 niños. Buscan cariño, no que gastes"

    Marta y Jesús se han acostumbrado a tenerlos desde pequeños, a verlos llegar con sus miedos y observar paso a paso cómo los superan hasta que finalmente se van. “En el momento en que dejen de afectarnos las despedidas dejaremos de ser familia acogedora; hoy por hoy nos cuesta ver la vida de otra manera”.

    Marta Vázquez, presidenta de la Asociación Familias Acogedoras de Aragón, tiene una voz suave y expresiva, de quien ha vivido experiencias capaces de hacer llorar al más frío de los corazones. Al otro lado del teléfono se escuchan unos gorgoritos de bebé. Marta, entre risas, explica que es su nuevo bebé de acogida, lleva con ellos seis meses. Marta Vázquez y Jesús Fernández pertenecen al programa de acogida familiar y desde hace doce años tienen las puertas de su hogar abiertas. Por su casa han pasado más de cincuenta niños y todos ellos se han llevado un pedacito de su corazón.

    Marta y Jesús tienen tres hijos. Los dos primeros son biológicos y la última es adoptada. Cuando empezaron a tramitar la adopción de su hija les comentaron la existencia del programa. A Marta siempre le gustó la idea de ser madre de acogida. En cambio, Jesús decía que él no podía tener a un niño en casa, quererlo durante un tiempo y luego entregarlo para no saber ya nada de él.

    Alberto era un niño tímido de 14 años, con un flequillo negro que le tapaba los ojos y una cicatriz que le atravesaba el brazo. Su madre viajaba a Ecuador y nadie podía hacerse cargo de él. Marta y Jesús se ofrecieron a cuidarle. 'Fue nuestro primer acogimiento', recuerda Marta.

    Cinco años más tarde, Alberto* aparecía en sus vidas, un niño tímido de 14 años, con un flequillo negro que le tapaba los ojos y una cicatriz que le atravesaba el brazo. La madre de Alberto viajaba a Ecuador, y nadie podía hacerse cargo de su hijo. Marta y Jesús se ofrecieron a cuidarle. “Fue nuestro primer acogimiento”, recuerda Marta.

    La madre de Alberto vino a España a buscar trabajo y dejó a su hijo de seis años en Ecuador con los abuelos. Cuando más tarde volvió a buscarlo, se encontró con un adolescente de ojos duros que para sobrevivir se había introducido en un mundo de bandas.

    Tres semanas después de llegar a casa de Marta y Jesús, Alberto les pidió que le cortaran el flequillo, empezó a poner la mesa, a quitar los platos y se esforzaba por sacar buenas notas. “Era como digo yo, ‘un niño quiéreme’, señala Marta. Al principio, Alberto rehuía el contacto físico pero después lo buscaba, porque le encantaba que le abrazaran. “Era un chaval”, dice Jesús, “al que le había faltado tanto el cariño que luego lo vio como si se le hubiese abierto el cielo. Que había otra manera de vivir en familia, completamente diferente a la que él había vivido en su país y a la que había estado viviendo aquí con su madre”.

    La dura historia de Alberto

    Marta no sabía que la madre de Alberto le había dicho que si se gustaban mutuamente podía quedarse con ella. “No es que su madre no le quisiera, sino que pensaba que era lo mejor para el crío”, continúa Marta. “El momento en que le dijimos que venía su madre y que tenía que irse con ella fue horrible. Le dije: ‘Alberto, tu madre vuelve el miércoles, y volverás con ella’. Se puso a llorar, histérico, y repetía una y otra vez: ‘Me merezco una familia feliz’. Me decía que volvería a las calles, y que volvería a ser lo que había sido antes”.

    Después de vivir dos meses con la familia de Marta y Jesús, Alberto se marchaba con una mochila a sus espaldas llena de recuerdos, y lágrimas enquistadas en el corazón. El chico acabó cumpliendo lo que había pronosticado y volvió a las calles. “Le sacamos durante un fin de semana del reformatorio, y antes de que regresara le llevamos a conocer a su hija al hospital. Alberto se convirtió en padre a los 17 años”, cuenta Jesús.

    Marta recuerda que Alberto “no quería que gastáramos, lo que quería era una familia feliz, que es lo que él creía que se merecía. Alberto no había tenido una familia, nunca conoció a su padre, y de repente se encontró con unos padres, unos hermanos y un ambiente tranquilo, relajado y feliz”.

    En el reformatorio Alberto les contaba que en toda su vida sólo recordaba como buenos esos dos meses que pasó a su lado. “En dos meses no puedes cambiar una vida”, dice Marta. “De hecho, cuando se fue no nos sentimos fracasados porque habíamos cumplido con nuestro papel, pero sí tristes. Le dejamos tocar el cielo y luego se lo quitamos”. Para la familia de Marta y Jesús esa experiencia los dejó profundamente marcados. Después de Alberto vinieron otros niños, pero no fue lo mismo. Marta se acuerda de Pedrito, un niño de 8 años, que le decía que no entendía por qué sus padres discutían. El niño le contaba cómo su papá le pegaba, juntando sus puñitos, o que cuando su mamá tenía “pupa” en la boca, le iba a curar.

    “Una de las funciones de la familia es la de cuidar a sus hijos menores de edad de la mejor forma”, explica Emilia Mejías Cárdenas, psicóloga y Jefa del Área de Acogimientos del Instituto Madrileño del Menor y la Familia. “Cuando esa función, no la cumple o la cumple mal, los niños no tienen garantizados sus derechos, ni tampoco satisfechas sus necesidades. Esta situación produce el desamparo o el alto riesgo social en el que viven los niños. La Administración suspende la tutela a los padres biológicos hasta que se den las circunstancias necesarias para que puedan volver con su familia”.

    Miles de casos en España

    En España, según datos del II Plan Estratégico Nacional de la Infancia y la Adolescencia (2013 -2016) que recoge la Estadística Básica de Protección a la Infancia del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del año 2010, 35.569 menores están tutelados o guardados por Administración. 4.955 menores están bajo medidas de guarda y 30.614 están en situación de tutela asignada por las Entidades Públicas a miembros de su familia extensa, familias de acogida o recursos residenciales.

    Los humanos, en nuestra infancia, estamos hechos de un material que necesita otro tipo de relación caracterizada por la estabilidad, el compromiso, y la incondicionalidad El programa de Acogimiento Familiar, que abarca a 15.100 menores en toda España, “en gran medida, lo que va a hacer es curar sus heridas y hacerles entender que se puede confiar, que hay gente que les va a querer, y no les va decepcionar”, sostiene Mejías Cárdenas.

    Jesús recuerda ahora su motivación para convertirse en padre de acogida: “Ver que esos niños están sufriendo una situación que no han buscado ni provocado, ver que necesitan el cariño y el amor que nosotros podemos darles, en lugar de dejarles en una residencia que luego les resulta muy difícil de superar. Eso fue lo que me animó a cambiar de opinión y ser un puente durante ese tiempo que necesitan”.

    Desde la Asociación de Acogedores de Menores de la Comunidad de Madrid Elvira Perona afirma que, en las residencias de menores, los niños tienen cubiertas sus necesidades básicas. Marta considera que viven bien pero que les falta el cariño. “En los centros hay turnos, hay distancia profesional, quien está hoy tal vez libre mañana. Y los humanos, en nuestra infancia, estamos hechos de un material que necesita otro tipo de relación caracterizada por la estabilidad, el compromiso, y la incondicionalidad”, aclara Jesús Palacios, catedrático de Psicología Evolutiva y Educación en la Universidad de Sevilla.

    Si los menores viven mucho tiempo en residencias pueden desarrollar los siguientes traumas: “Rendimiento intelectual inferior al potencial, retraso en el desarrollo cognitivo, problemas de aprendizaje, fracaso escolar, desapego o excesiva dependencia, aplanamiento emocional, baja autoestima, posibilidad aumentada de actuaciones agresivas, relaciones superficiales y utilitarias, mayor marginalidad en el curso de la vida de los internos que de los acogidos o adoptados”, informa Jesús Rubio, Director de la Unidad de Acogimientos Familiares del Instituto madrileño del Menor.

    En su libro “Yo no podría” Marta cuenta: “Es muy duro ver a un niño hambriento, preocupado por saber si hoy va a tener algo para comer, observar cómo arrima la silla a la mesa diciendo ‘Voy a ver si hay comida’, y al no encontrar ningún plato preparado, bajarse murmurando ‘No, no hay comida’. Es triste ver el miedo en sus ojos, verle agachar la cabeza al pasar por su lado y cerrar los ojitos al ver una mano cerca de su rostro”.

    Desde Cáritas Madrid, María Izquierdo considera que las familias con problemas se pueden cambiar. “Si no, no sería trabajadora social. No es fácil y es doloroso. El trabajo que tenemos que hacer es una fotografía de la situación de la familia, ver qué fortalezas y qué carencias tiene. A partir de esas fortalezas es como vamos a contraatacar y a trabajar las debilidades”.

    Una de esas fotografías era la de la familia de Ana, una mujer adicta a las drogas. Durante el embarazo, Lucas recibía de su madre la misma dosis que ésta tomaba. Nueve meses más tarde, Lucas llegó al mundo, pero Ana no se encontraba preparada para ser madre. Marta y Jesús fueron al hospital a recoger a Lucas, que sufría el síndrome de abstinencia. Cuando su cuerpecito se convulsionaba en la cuna por la necesidad de drogas, Marta le abrazaba y le susurraba que todo iría bien. Lucas superó el síndrome y meses después Marta y Jesús contemplaban con lágrimas en los ojos como reía en brazos de su nueva mamá. Una mamá que le adoptó y le dio un nombre y apellidos nuevos.

    Ester Del Pozo Merino

    www.elconfidencial.com

    *Ninguno de los niños de este artículo aparece con su nombre real.

    DE BÚSQUEDAS Y ENCUENTROS

    Le dijeron que su hija había nacido muerta y la encontró 26 años después en San Martín de los Andes

    Karina dio a luz a su bebe en 1987 en una casa particular; en 2013 la encontró por Facebook, se hicieron el ADN y se conocieron; cómo es el día a día de esta familia tras el encuentro

    "Me aplicaron una inyección y me dejaron sola en una habitación fría y oscura, con unos dolores insoportables; ahí nació mi bebe, muerto, según me dijeron", recuerda Karina, de 44 años, con una mezcla de enojo y angustia en su voz. Ella prefiere mantener en reserva su apellido, pero está dispuesta a contar cada detalle de su historia "para que sirva como experiencia y esperanza para otros, porque los milagros existen".

    A sus 14, Karina quedó embarazada de un novio de su adolescencia. Temerosa de la reacción de su madre, decidió contárselo en una parada de colectivos de Temperley "para que no le pegara". Sorprendida por la noticia, su mamá la obligó a ocultarlo y a no decirle nada a su papá, quien viajaba mucho por temas laborales: "Si le pasa algo a él, te vas a sentir culpable", la alertó.

    Allí comenzó el capítulo más angustiante de su vida. "Un día mi mamá me llevó a la casa particular de una doctora en el barrio de Turdera, que me revisó y me preguntó de cuántos meses estaba, un dato que yo no sabía. Al tiempo volvimos a ir y me aplicó una inyección. Al día siguiente, el 10 de abril de 1987, me empecé a sentir mal y regresamos a lo de esta mujer. Me dejaron sola con trabajo de parto en una habitación fría y oscura, con unos dolores insoportables", recuerda durante una entrevista con este medio, mientras apura las palabras más duras que escuchó en su vida: "Tu bebe nació muerto", le dijo la partera, y le preguntó si quería verlo. Karina no quería, probablemente no podía: "Estaba sola, tenía miedo, me daba impresión", repite.

    Pero eso no fue todo. "Me dijeron que me cambiara y un señor me llevó a la casa de una amiga de mi mamá, donde supuestamente estaba ella; pero no había nadie. Volví a la esquina, esperé sentada y me dormí. Una persona me encontró y me llevó otra vez a esa casa, donde finalmente encontré a mi mamá, que me dijo que estaba de 5 meses y, por eso, el bebe había muerto. Con eso me quedé, crecí, me casé y tuve dos hijos", cuenta, tomada de la mano de su marido.

    Tal como relata Karina, su vida siguió, muchos recuerdos escaparon de su memoria, y llegó incluso a "bloquear" su traumática experiencia, al punto de no contárselo a nadie y de decirle a su obstetra -embarazada de su primer hijo con su esposo- que "era primeriza". Pero la esperanza seguía viva en su interior: "Cada 10 de abril me preguntaba si estaría viva y dónde estaría; siempre presentí que era una nena y que estaba viva, iba a llamarla Soledad", asegura, mientras juega con un pañuelo que a cada rato seca sus lágrimas.

    Una sesión de terapia, la clave para empezar la búsqueda

    A sus 38 años, por primera vez, Karina fue a la psicóloga. Sus dolores corporales sin explicación la derivaron al diván, sospechando que su secreto mejor guardado pugnaba por salir. "Lo primero que le conté fue mi historia. Ella me preguntó dónde estaba enterrado mi bebe y si tenía el certificado de defunción. Me puse a llorar, nunca me lo había planteado", recuerda. Ese fue el puntapié para iniciar la búsqueda que la llevaría a su hija.

    Compartió su historia con sus hijos adolescentes y su marido, y con todo el apoyo de ellos, comenzó a buscarla. "No sabíamos por dónde empezar. Fuimos a la Defensoría del Pueblo, al Registro Nacional de las Personas de La Plata, al INADI, a Abuelas y a Madres de Plaza de Mayo; todos nos cerraron las puertas. Fuimos al registro civil de Temperley y nos dijeron que no se podía acceder a los papeles -después descubrí que mi hija estaba anotada ese día, en ese registro civil, como hija biológica de otra persona-.", cuenta Karina, haciendo un esfuerzo con su marido por recordar el listado de lugares por los que pasaron en busca de ayuda. El paso siguiente fue buscar a la partera y a la amiga de su madre -a cuya casa había ido tras el parto-: ambas negaron todo y les dijeron que su historia era mentira.

    Sin respuestas, decepcionada, hizo su último intento. El 18 de marzo de 2013 publicó su historia en una fanpage llamada "Hijos biológicos que buscan su identidad". Recibió miles de mensajes y conoció a dos chicas, pero ninguna era su hija. Tiempo después, recibió un mail de una chica de San Martín de los Andes que le dijo que los datos de su historia coincidían con los de su hermana.

    "Al día siguiente me llamó su papá y quedamos en volver a hablar al otro día. Me enteré que se llamaba María Celeste Pareto, que tenía 26 años y que era mamá. ¡La veíamos tan parecida a mí!", recuerda, con una sonrisa que ilumina sus ojos marrones. En ese momento, su hija también se enteró de la verdad: "Para ella fue un balde de agua helada, porque le habían dicho que su madre había muerto y que los abuelos la regalaron".

    La prueba de ADN y la confirmación

    Luego de muchas charlas, risas y sueños compartidos, llegó el momento de hacerse el ADN. El 11 de septiembre de 2013 recibieron el resultado por mail: "99,96% de compatibilidad". Ya no había dudas: eran madre e hija. A ambas le habían dicho que la otra había muerto, pero finalmente lograron el reencuentro.

    "Fue una fiesta, estallamos de alegría. La encontramos después de tanta lucha", recuerda Karina, emocionada hasta las lágrimas. Le mostró el análisis a su hermana y a sus padres, con los que tuvo, por primera vez, una charla sobre lo que había pasado: "Mi papá en ese momento me pidió perdón. Yo le había contado todo un tiempo antes y él me juró que no sabía nada. Todo empezó porque yo sospechaba que no era su hija biológica, y él me lo confirmó", cuenta, toma un mate y continúa: "Mi mamá se hizo la sorprendida, dijo que no podía ser porque a ella le habían dicho que yo había nacido muerta. Le pregunté por qué me dejó sola, y me dijo que no lo había pensado, que si lo hubiera hecho, no me habría dejado sola. Y le creo", sostiene, mientras seca sus ojos.

    El reencuentro

    Llegó el momento más ansiado: el de conocerse, abrazarse, mirarse por primera vez a los ojos. A pesar de su mala situación económica, gracias a amigos y conocidos, consiguieron pasajes y alojamiento en San Martín de los Andes. El 19 de octubre de 2013 ella, su marido y sus dos hijos, se tomaron un ómnibus hacia el sur. "Cuando llegué, bajé, nos abrazamos y lloramos de la emoción", recuerda Karina.

    Las visitas entre ellas continuaron en noviembre -cuando Celeste conoció su casa- y en mayo de 2014; la última vez que se vieron fue en enero de 2015, cuando Karina fue con su familia para el sur.

    Nueve meses más tarde, en septiembre, comenzaron las discusiones entre ellas, que siempre tenían a la madre de crianza de Celeste en el medio. "Le pedí solicitud vía Facebook a la mamá de ella para entablar un vínculo, pero me bloqueó. Mi hija se enojó mucho por eso, discutimos, me dijo que la había desilusionado y que me olvidara de ella. Ahí se cortó la relación, y desde entonces no hablamos. Le dije que siempre iba a estar, para ella y para mi nieto, y que la iba a esperar", cuenta, mientras muestra emocionada las fotos que tienen juntas en su celular.

    "Sentí que perdí a mi mamá -porque veníamos discutiendo por Celeste-, perdí a mi papá -porque él creía que iba a matar a mi mamá por disgustos-, perdí a mi hija y a mi nieto. ¿Con qué me quedé? Con el sabor de que la encontré, porque me podría haber muerto sin saber de ella", destaca, con su mano aferrada a la de su marido.

    Un futuro incierto

    Su historia también le dejó enseñanzas marcadas a fuego: "Aprendí que la verdad duele una vez, pero la mentira duele siempre. Y que nunca hay que bajar los brazos, porque los milagros existen", sostiene Karina, mientras responde, con voz entrecortada, a la pregunta de qué quisiera decirle a su hija si la tuviera en frente: "Que la quiero y que la espero".

    Si bien Karina se reencontró con su hija, hay algo que sigue buscando: justicia. "Mi hija fue vendida a una pareja en Quilmes, Silvia y Roberto. Tengo un ADN a mi favor. Quiero que se reconozca legalmente que ella es mi hija, que le anulen la partida de nacimiento, porque la madre biológica soy yo. Para eso necesito un abogado especialista en derechos humanos y familia, pero no puedo pagarlo", pide Karina, con el último aliento que le queda luego de recordar su historia.

    Michelle Wigdorovitz

    www.lanacion.com.ar

    GESTACIÓN SUBROGADA

    Francia abre la puerta a adoptar a niños nacidos por gestación subrogada en el extranjero

    El Tribunal Supremo dictamina que los padres de intención pueden convertirse en padres legalmente siempre que se haga por el procedimiento de adopción. Descarta, como pedían varios recursos, la transposición directa del acta de nacimiento extranjera en la que no figure la mujer gestante

    El Tribunal Supremo de Francia ha abierto la puerta al reconocimiento legal como padres de los dos miembros de una pareja que recurra a la gestación subrogada en el extranjero (en territorio nacional está prohibida) pero a través del procedimiento de la adopción.

    En concreto, el Supremo ha estipulado que el padre no biológico podría ser considerado también legalmente como padre (o madre) si solicita la adopción del niño nacido fuera de Francia a través de este proceso.

    Por el contrario, el tribunal no dio el visto bueno a la transposición directa en Francia del acta de nacimiento extranjera en la que puedan figurar los dos miembros de la pareja –y no la de la mujer gestante–, como lo habían solicitado varias de ellas en su recurso.

    En su dictamen, argumentó que es "imposible transcribir un acta que haga mención a una madre que no es la mujer que ha dado a luz". Pero también señaló que el padre puede ser reconocido como tal en Francia "si el acta extranjera no se ha falsificado y si no se contesta la realidad biológica de la paternidad". Y, sobre todo, consideró que esa transcripción "parcial" no impide que el otro miembro de la pareja –ya sea mujer u hombre– pueda adoptar al niño.

    Francia había sido condenada de forma repetida por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) por no reconocer en el registro civil a niños nacidos fuera del país por gestación subrogada.

    Durante la campaña electoral que condujo a su elección en mayo, el nuevo presidente francés, Emmanuel Macron, se había pronunciado en contra de la autorización de la gestación subrogada, pero en favor del reconocimiento de los padres que hubieran recurrido a ese procedimiento en el extranjero.

    EFE

    www.eldiario.es

    FAMILIAS

    Dos mamás, un papá, una hija: una familia sin moldes

    En la sala de operación donde nació Kaelan, hoy de dos años, la escena era inusual. A Adriana, su madre biológica, le permitieron ser acompañada durante el proceso de cesárea por su pareja Mónica, la otra mamá de la niña, y por Rodrigo, el padre. Ese día de abril, junto a la criatura, nacía también una particular familia.

    Seis meses después de la llegada de Kaelan, el diverso trío decidió que lo mejor para su crianza era que “Rodri” también viviera con ella. A diferencia de otras parejas homoparentales, para Mónica y Adriana era importante que él tuviera una presencia fuerte en la vida de su hija y que no fuera solamente un donante de esperma.

    “Yo respeto a las lesbianas y los gais que quieren ser los únicos dos padres o madres de la familia. No creo que (tener padre) sea necesario para que un niño sea completo, pero por mi historia y mi relación con mi papá, yo quería que mi hija tuviera uno”, dice Adriana, profesora de inglés de 32 años de la Escuela de Lenguas Modernas de la Universidad de Costa Rica (UCR).

    Ese fervor de madre lo compartía con Mónica, estadounidense de 29 años, a quien conoció en la Universidad de San Diego, EE.UU., mientras hacía una pasantía y que hoy ya lleva cuatro años de vivir en Costa Rica y ser su pareja.

    Desde la casa que comparten, en medio de los juguetes de Kaelan y de varias de sus mascotas merodeando mientras la niña toma su siesta vespertina, Mónica, Rodrigo y Adriana compartieron su historia con Revista Dominical .

    “Al principio, no sabíamos exactamente la manera en que íbamos a tener hijos, pero sí que sería la forma correcta para nosotras. Empezamos a hablarlo y pensamos que un padre debía ser alguien en quien confiar, que no se ponga a dictar las reglas ni que tenga una forma patriarcal de ser”, cuenta Mónica, también profesora de la UCR, en Lenguas Modernas.

    Ya para entonces, Rodrigo, profesor de inglés y educación primaria de 23 años, era amigo cercano de la pareja y a pesar de ser un hombre gay, tenía también el sueño de ser papá, aunque no supiera cómo.

    En nuestro país, las personas homosexuales no tienen derecho a casarse legalmente, formar sociedades de convivencia y mucho menos, adoptar niños. Las opciones se reducen a alquileres de vientres, donaciones de esperma o fecundaciones in vitro en el extranjero.

    Con esas limitaciones presentes, Adriana tomó la batuta (aún la lleva consigo en lo que a su familia se refiere) y le propuso la idea a ambos. Eso sí, tenía que ser ya porque ella no quería ser una mamá “vieja”.

    “Yo dije: es ahora o nunca, no me puedo dar gustos con eso del momento, es mi sueño y me caen superbién, es la oportunidad para hacerlo. Nadie está preparado para un hijo. A usted le pueden dar una idea pero hasta que no lo pase, no lo sabrá”, expresa Rodrigo, estudiante de licenciatura que tomó el rol de “amo de casa” y niñero de su propia hija, mientras termina sus estudios.

    Familia

    El plan se puso en marcha y, fieles a su esencia diversa escogieron el nombre del nuevo miembro de la familia sin saber si iba a ser hombre o mujer, pues Kaelan es “unisex”. Su significado, según la investigación de los tres padres, es “que viene de gente guerrera”. Ella llegó y el pequeño ejército empezó una revolución.

    En la casa de Kaelan todos son vegetarianos, excepto su mamá Adriana que es vegana; conviven seis gatos y dos perros, pues se declaran amantes y rescatistas de animales; son asiduos visitantes de la Feria Verde de Aranjuez cada sábado y cuidan de una pequeña huerta que ellos mismos sembraron en el jardín de la casa. En ese hogar tampoco hay televisión, ya que el contenido al que tiene acceso la niña es cercanamente vigilado; todos son feministas y nadie cree en la violencia, la religión ni en Dios.

    Allí, Kaelan es feliz. En su cuarto hay gran mural de Totoro, su personaje animado favorito. Ya despierta de su siesta, la pequeña enseña entusiasta esas pinturas, regalo de su mamá Mónica. Con su risa y energía, se asegura de ser escuchada y no tiene reparos en ser una pequeña diva cuando pide un paseo en bicicleta o quiere caminar independiente entre la gente.

    César Augusto Brenes Quirós

    www.nacion.com

    DISCRIMINACIÓN Y RACISMO

    No tan Negra

    Antes yo no era negra, era solo una niña creo. Empecé a ser negra como a los 5 años, cuando me dijeron que no jugarían conmigo porque era muy negra. O cuando en la escuela me forzaron a mirarme a un espejo para que dejara de negar que lo era. O quizás cuando todos piel contra piel, hasta quedar yo la última, me obligaron a entenderlo. Desde ahí comprendí que quería decir mi mamá cada vez con eso de “es que el papá es negro”. Eso de ser negro es un tema entero para la gente.

    Intenté blanquearme porque supe que el color era importante. Pero miraba mi piel y el color estaba muy adentro. Me dijeron que era porque no tomaba leche, que había que bañarse en agua con cloro para remediarlo. A los 6 todo eso tiene sentido y lo intenté pero el color no se iba, con los años más se adhiere más.

    Me costó muchos años comprender cuál era mi color, quise no llorar más por algo que no podía arreglar y traté de aprender sobre cómo ser negra. Pero yo no me crié con mi familia paterna y ellos nunca pudieron enseñarme cómo. Pensé que leyendo, pero solo había una historia de un niño que comparaban con un mono, Cocorí(1), yo hice un ensayo y dije que era hermoso que ese niño amara tanto a la rosa.

    Tenía el dato principal: yo era negra. Entonces decidí adelantarme a todos y avisarles de que lo era. Y de repente el discurso cambió: “no, ud. no es tan negra, ud. es como…” y agregaron todas las posibilidades étnicas que parecen menos radicales que el negro. Nunca he entendido cómo quedarles bien.

    Yo no habría tenido problema en no tener color pero sé que ¿de dónde es ud? es de las primeras preguntas básicas que me hará cualquier persona que conozca y que si digo que de San José(2) me miran confundidos. Entonces digo que de Limón(2) y digo también “es que mi papá es negro” y la calma les regresa para consolarme diciendo “pero ud. no parece tan negra…” y así.

    En el trato parezco buena persona así que me repiten tantos estereotipos como conozcan para ayudarme a entender que, en realidad, no soy tan negra porque no me comporto como se supone que lo hace una negra. No soy suficientemente blanca costarricense ni suficientemente negra limonense para ellos. No los entiendo.

    Yo no sé ser negra como ellos quieren. Es que nadie me enseñó, me dijeron que lo fuera pero en la escuela nadie me explicó qué significaba ese rol. Trato de aprender y ser tan negra como me lo deja la piel, como me lo indica el instinto. No puedo más que eso.

    La adultez me ayudó a amar mis rasgos mestizos, mis pómulos anchos y mis labios gruesos; a sentirme cómoda con mi piel y su melanina descocada que se activa con el sol. Estoy reconciliada con las etnias que conforman la sangre que llevo: me sé negra y rojo indígena. Me invoco latina con los extranjeros para explicar que me invaden muchos tonos de los que no tengo contabilidad. Pero esto me ha costado treinta años de vida.

    Así que, querida gente “blanca”, cuando le digo que soy negra, no me expliquen qué es ser negra.

    1. En Costa Rica se lee Cocorí, un libro que ha generado polémica por parte de la población afrodescendiente, debido a las descripciones que se hacen en él.

    2. Limón es una provincia del Caribe, hay una concentración muy fuerte de población afrodescendiente. San José es la capital de Costa Rica.

    Marcela González

    Educadora

    https://afrofeminas.com

    SALUD

    Consejos para evitar ahogamientos de niños

    La Asociación Española de Pediatría (AEP) alerta de la necesidad de vigilar en todo momento a los menores mientras estén en el agua o jugando cerca de ella ya que, en el caso de los bebés, apenas dos centímetros de profundidad son suficientes para sufrir un ahogamiento.

    "En el fondo de un cubo, una bañera, piscina portátil, etcétera, menos de dos minutos son suficiente para que un bebé pueda ahogarse", según advierte esta sociedad científica, que ha publicado en su web 'EnFamilia' dos especiales informativos sobre seguridad en piscinas para evitar los ahogamientos infantiles.

    En España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los ahogamientos suponen el 13% de las principales causas de mortalidad infantil por lesiones en niños de entre 0 y 14 años y es la segunda causa de mortalidad accidental después de los siniestros de tráfico.

    Los ahogamientos en menores de 5 años se producen sobre todo en las piscinas particulares o de comunidades privadas, y el peligro radica en que son más independientes que un bebé, es decir, se mueven con agilidad y pueden escapar de la supervisión del adulto. Además, no reconocen las situaciones de peligro ni suelen tener destreza dentro del agua en caso de caer en ella.

    En este sentido, la AEP recuerda que se ha demostrado que vallar el perímetro completo de la piscina puede reducir en un 95% las muertes por ahogamiento en esta franja de edad. Y cuando los niños pequeños estén dentro o alrededor del agua, deben estar siempre al alcance de la mano y supervisados por un adulto.

    No perder de vista al niño ni distraerse con el móvil

    En el caso de los niños más mayores que sepan nadar, un adulto con experiencia o bien el socorrista debe vigilarlos sin perderlos de vista y su atención debe ir dirigida en todo momento al niño o niños que se encuentren dentro del agua, evitando situaciones que puedan distraerle como hablar por teléfono móvil.

    Por otro lado, los pediatras recuerdan que los ahogamientos en edad adolescente se producen con más frecuencia en lagos, ríos, canales o en el mar. Además, el 25% de los adolescentes ahogados en España había consumido alcohol, y un tanto por ciento muy elevado de los ahogamientos se producen como resultado de lesiones ocasionadas por zambullidas en zonas de escasa profundidad o practicando deportes acuáticos.

    Otro tipo de lesiones producidas en entornos acuáticos tienen relación con los atrapamientos por succión que ocurren cuando el niño es retenido por las fuerzas de aspiración creadas por el agua que pasa a través del drenaje sumergido en el fondo de una piscina.

    Debido a estas fuerzas, se producen lesiones en diferentes partes del cuerpo, las más común es el atrapamiento del pelo, seguida de la succión del tórax o de algún miembro, pudiendo llegar a producir la muerte por ahogamiento por la succión e inmovilización en el fondo de la piscina.

    La natación precoz, ¿clave frente a los ahogamientos?

    Para evitar estas situaciones, la AEP recuerda que las clases de natación y el aprendizaje de habilidades de supervivencia en el agua pueden disminuir las tasas de ahogamientos en los niños. De hecho, existen estudios que afirman que iniciar las clases entre los 1 y 4 años disminuye la tasa de ahogamientos.

    Sin embargo, los expertos indican que el impartir clases de natación a los niños pequeños o a aquellos que no hayan adquirido suficientes habilidades no evita los ahogamientos, ni proporciona una protección completa, por lo cual es necesario mantener una supervisión continua.

    Por otro lado, los niños que no sepan nadar, sean pequeños o tengan alguna discapacidad, deben llevar un chaleco salvavidas siempre que se bañen o estén cerca del agua. Además, advierte la AEP, los flotadores hinchables y manguitos pueden generar una sensación de falsa seguridad y no se consideran dispositivos seguros.

    E. P.

    www.diarioinformacion.com

    ADOPCIÓN Y ACOGIMIENTO EN LAS COMUNIDADES

    Andalucía

    Se buscan familias de acogida en Sevilla para 400 menores tutelados. El 70 por ciento son menores de 15 años, el resto tiene 16 y 17 y está en centros de la Junta a la espera de un hogar

    En Sevilla hay actualmente 400 menores tutelados por la Junta de Andalucía que esperan en centros especiales a que una familia los acoja. Los datos, facilitados por la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales, suponen cerca del 35 por ciento de los de 1.153 que en Sevilla están tutelados por el Ejecutivo andaluz y que en toda Andalucía se elevan hasta 5.400.

    Entre eso 400 chicos y chicas que esperan una familia hay de todas las edades: 280 son menores de 15 años pero hay 120 que tienen 16 y 17 años y que son los que entrañan más dificultad para encontrar donde encajarlos ya que, como aseguran desde Igualdad, la mayoría de las familias que se apuntan a estos programas buscan menores más pequeños.

    De entre los que tienen menos de 15 años hay un grupo de seis niños que tienen entre 0 y 3 años y otros 16 con edades de entre 4 y 6 años. Según la Junta de Andalucía, la causa de que no hayan encontrado de momento familias de acogida es que son niños con necesidades especiales; forman parte de un grupo de hermanos a los que no se suele separar o tienen alguna discapacidad que hace más difícil encontrar donde encajarlos.

    Cada año el Ejecutivo andaluz asume la tutela de entre 130 y 140 nuevos menores, una cifra que no suele variar mucho anualmente. Pero, ¿por qué tiene que asumir la Junta de Andalucía esa función que corresponde a los padres. Normalmente no es sólo una causa. Sino que confluyen varias: abandono, maltrato físico, explotación, mendicidad... Aunque la mayoría de aquellos casos en los que la Junta de Andalucía tiene que intervenir es cuando los menores han llegado a una situación de abandono tal que sus padres no atienden sus necesidades básicas.

    «Suele ocurrir cuando los padres son alcohólicos o sufren algún tipo de adicción», dicen desde la Junta, haciendo hincapié en que es muy raro que sea sólo por una causa, ya que confluyen un conjunto de factores. Y en cuanto a los casos graves de maltrato, como el reciente del bebé que murió hace unos días, no se da con frecuencia. Son casos excepcionales «muy llamativos y dolorosos» pero raros.

    Normalmente los servicios sociales de cada localidad son los que detectan cuando hay una situación de riesgo. En los colegios, en los centros de salud o los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado forman parte de la red de vigilancia que alerta cuando detecta un menor que está siendo víctima de abandono. El Sistema de Información del Maltrato Infantil (Simia) es la herramienta de la que se vale la Administración para que los profesionales que detecten una de estas situaciones la pongan en comunicación con los servicios sociales locales o, en su caso, con la delegación de la Junta de Andalucía. En ese caso, en función de la gravedad y, tras una primera valoración, se actúa.

    Lo primero que se intenta es corregir la situación de riesgo en el medio familiar. O lo que es lo mismo, que los menores no tengan que ser separados de sus padres. Para ello existen equipos de tratamiento familiar que ofrecen apoyo para que esas situaciones no se prolonguen y puedan seguir con la familia biológica.

    Si no logran su objetivo, interviene la Junta de Andalucía, que tiene previstas varias modalidades de acogimiento familiar en función del caso y de la familia acogedora. El primero es el «acogimiento de urgencia», que suele aplicarse para niños muy pequeños que se declaran en desamparo y se trata de una situación que está limitada a seis meses.

    Luego está el «acogimiento temporal», pensado para que los menores estén con una familia mientras se hace el proceso de intervención y tratamiento porque la Junta ha estimado que la familia se puede recuperar y volver a quedarse con el niño. Se trata de una figura que puede durar hasta un año, el tiempo para actuar con los padres.

    Y finalmente existe el «acogimiento permanente», que suele ser por un periodo más largo y para los que se tiende a que sean personas de la familia extensa los que se hagan cargo de los menores. Es decir, que se queden con los abuelos o los tíos. Suele formalizarse y no tiene normalmente fecha de caducidad.

    En cuanto al perfil del niño o niña que suele ser tutelado, la Junta de Andalucía asegura que, si hace quince años existía claramente un tipo de menores en esos centros, sobre todo procedentes de familias vulnerables económicamente, actualmente eso ha variado. Los hay que proceden de familias desestructuradas pero también otros de familias normalizadas y un porcentaje significativo de niños procedentes de la inmigración.

    «No hay un retrato robot, hay distintos perfiles de distintas realidades sociales», dice el Gobierno andaluz, que afirma que no declara en desamparo a un menor por cuestiones económicas sino que actúa porque existe un problema.

    En cuanto a las familias que no pueden asumir la tutela por falta de solvencia económica para ello, la Junta de Andalucía también lo tiene previsto con un programa de guarda, aunque cada vez se llega menos a esa situación. Sólo hay en toda Andalucía 30 menores en esa situación porque sus padres no pueden hacerse cargo de ellos.

    Canarias

    Un total de 291 familias canarias están en las listas de espera de adopción nacional e internacional, según informó hoy en comisión parlamentaria la consejera de Empleo, Políticas Sociales y Vivienda, Cristina Valido.

    En adopción nacional, con fecha 11 de julio de 2017, había 151 familias en la lista, de las cuales 93 están en la adopción general y 58 en la de adopción de niños con características especiales.

    En el caso de la adopción internacional, las familias con expedientes remitidos a los países que han elegido y que están pendientes de asignación son 140, indicó la consejera a preguntas de la diputada de Podemos María del Río.

    Extremadura

    Extremadura permitirá que los niños adoptados visiten a la familia biológica. Habrá un servicio de posadopción que asistirá en la búsqueda de orígenes en casos internacionales. La Junta mediará para que haya relación si el menor lo pide y se considera beneficioso para él

    Proteger al menor y dar protagonismo a sus opiniones a la hora de establecer un clima adecuado de convivencia. Es el objetivo del nuevo proyecto de decreto extremeño que regula las adopciones. En el caso de las nacionales, la Junta permitirá a partir de ahora que exista contacto, del tipo que sea, con la familia biológica si el niño así lo pide y se considera que es beneficioso para él. La relación puede ser con hermanos o con los propios padres si se cree apropiado. Serán los equipos técnicos de Políticas Sociales quienes valoren cada situación, una opción que hasta la fecha no se barajaba. El concepto se conoce como adopción abierta.

    Es una de las principales novedades que recoge la futura normativa que acaba de ser publicada en el portal de transparencia de la Junta para que se inicie el periodo de alegaciones. El nuevo texto tiene como objetivo, básicamente, adaptarse a la ley nacional de protección del menor del año 2015.

    Otro de los puntos clave que contempla es que también se permitirá obtener la custodia de un hermano del menor ya adoptado de manera directa y sin tener que esperar a los trámites habituales. «Muchas veces los hermanos son un vínculo fundamental porque son los únicos referentes que han tenido. Separarlos es un proceso muy duro. Hay veces que se espera a que haya una familia que quiera adoptar a los dos, pero es bastante complicado que exista alguna y los procesos se pueden demorar mucho, incluso hasta los dos años, por lo que se considera mejor separarlos si alguno de ellos tiene la posibilidad de ser adoptado», explica Carmen Núñez, directora general de Políticas Sociales, Infancia y Familia de la Junta. «Son decisiones muy difíciles», apostilla.

    Como apoyo a los niños y sus nuevos padres, también habrá un servicio de posadopción que, en los casos internacionales, ayudará en la búsqueda de los orígenes. «Ellos se preguntan qué pasó, de dónde vienen, y se considera favorable asistir en las preguntas y dudas que les van surgiendo», indica Carmen Núñez.

    El nuevo decreto recoge igualmente que, tal y como ya adelantó este periódico, la edad límite para adoptar bebés se amplía de los 40 a los 45 (la mínima está en los 25 años, en casos de matrimonios o parejas de hecho, basta con que alguno de los dos los haya cumplido). En ese sentido Núñez subraya que ha aumentado la edad para iniciar el proceso. «Adoptar se tiene como última opción, de manera que si cada vez somos padres más tarde, afecta igualmente a este proceso. Si antes las media estaba en los 29 o 30 años, ahora lo más común es a partir de los 35».

    Desde la dirección de Políticas Sociales, Infancia y Familia explican que actualmente la adopción nacional está cerrada con una lista de espera de cientos de familias. «Lo que quieren son bebés, y eso es muy complicado. A partir de los 5 años ya es muy difícil que un niño quiera ser adoptado, de manera que las peticiones no pueden ser resueltas».

    Además, Carmen Núñez subraya el sentimiento de culpabilidad que invade a algunos menores al sentir que están abandonando a su propia familia. «Estos niños boicotean la posibilidad de ser adoptados».

    En cuando al proceso internacional, «ahora se están resolviendo expedientes de hace tres años, de manera que también hay otras cientos de parejas a la espera». Tailandia o países africanos son ahora las mejores opciones para quienes quieren formar una familia.

    Galicia

    Las familias de acogida de menores conflictivos recibirán 40 euros al día. Política Social probará el programa en la provincia de A Coruña este año y, si funciona, lo extenderá a toda Galicia en el 2018

    «Es una medida excepcional». Fuentes de la Fiscalía Superior de Xustiza de Galicia hacen referencia de esa forma a la medida de convivencia con otra persona, familia o grupo educativo que recoge la Ley 5/2000 de responsabilidad penal de menores. Los datos que maneja esa administración de justicia muestran como el año pasado en Galicia fueron adoptadas 808 medidas dirigidas a menores, pero solo 16 fueron de convivencia familiar. De hecho, la libertad vigilada continúa como la medida más aplicada a los menores, por encima de la mitad de los casos que llegan al juez.

    «No es una medida usual probablemente porque -analizan desde la Fundación Arela- no hay familias para llevarla a cabo». Eso es lo que trata de cambiar ahora la Consellería de Política Social con la puesta en marcha, en colaboración con esa fundación, del programa piloto Convive, una iniciativa que responde a la demanda realizada desde los juzgados que busca la creación de un banco de familias dispuestas a acoger a menores condenados a convivir con una familia ajena a la suya.

    De momento, dicen desde Arela, en un mes desde el lanzamiento del primer llamamiento a las familias, hay cuatro que han mostrado su interés por el programa. Tres han empezado a hacer entrevistas para comprobar que se ajustan a las demandas que pide el plan. Si se incorporan al programa, percibirán 40 euros al día para atender a los gastos generados por la persona acogida.

    Algunas de las condiciones que han de cumplir los hogares (pueden estar formados por una única persona) que quieran entrar en el banco son vivir en la provincia de A Coruña -este año el programa piloto se desarrollará únicamente en este territorio para extenderse en el 2018 al resto de Galicia-; disponer de una vivienda adecuada y el espacio suficiente para acoger a un adolescente; que todos los miembros del núcleo familiar estén de acuerdo en el acogimiento; que haya estabilidad emocional; que se comprometan a trabajar en equipo y en coordinación con los profesionales que están detrás de la iniciativa y, además, al menos una persona del núcleo familiar ha de comprometerse a mantener un alto grado de disponibilidad para atender los requerimientos del menor.

    Galicia es, de esta forma, la primera comunidad española en disponer de un recurso de estas características para atender en concreto la demanda de estos menores. Hasta ahora, como describe el informe sobre el proyecto elaborado por Política Social, hay una gran diferencia en la aplicación de esta medida entre comunidades: «Hai algunhas como Galicia que usan centros de protección á infancia, pero outras utilizan os centros de internamento de execución de medidas xudiciais ou crean recursos alleos, pero cun funcionamento comparable aos de centros de internamento».

    A quién suele ir dirigida esta medida correctora. Desde la Fiscalía de Galicia dicen que «puede ser oportuna en aquellos casos en los que el núcleo familiar original ha fracasado en la socialización primaria del niño. Lo que busca es proporcionar al menor un ambiente de socialización bueno en lo que respecta al desarrollo de pautas socio-afectivas del menor».

    Además, para aplicarla es bueno y recomendable contar con el beneplácito del menor porque, como añaden, «va a ser más efectiva». Pero de momento continúa abierta la búsqueda de familias que se unan a este proyecto en A Coruña.

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